Para que Diego A. Manrique vuelva a Radio 3


Qué bien volver a entrar al blog después de tantos días sin actualizar. Incluso tenía una entrada ya escrita.
Pero qué mal tener que entrar por una mala noticia.
La mala noticia es que han defenestrado a Diego A. Manrique de su asesoría en la dirección de Radio 3 y esto ha conducido a que le quiten (nos quiten) "El Ambigú", su programa de radio (el nuestro) después de dieciocho años de emisión. ¿Qué narices está pasando? ¿Cómo pueden hacernos esto? ¿Cómo le pueden hacer esto a la música? ¿Nos lo vamos a dejar hacer?
Beningo Moreno, es el actual director de la casa. Todos sabemos, -a través de las canciones del primer disco del sinfónico francés Jacques Lacan-, como las almas turbias se regocijan en cambiar el significado de sus nombres cuando son tan específicos como es del articife de esta maniobra de destrucción de la música popular de todas las partes del mundo. El tipo debe saber muy bien cómo ha contribuido el programa de Manrique a dar a conocer toda ( digo toda y es toda) aquella música que nadie, absolutamente nadie, pinchaba en ningún otro lugar, así como ha logrado profundizar en otros tipos de música y a difundir un crisol de sonidos, que, en su espacio del mediodía, convivían libremente, como en el cerebro y el corazón de cualquiera conviven tantas canciones.
He dicho que el Moreno debe saberlo, porque si no el delito sería mayor. Pero el problema no es el nuevo director, el problema es que detrás del verdugo de turno hay mas mentes castrantes y ejecutoras de todo este tinglado.
El tema es político y admite pocas explicaciones que no quiero ni escribir porqué invitan al vómito.
Ahora la pelota está en nuestro tejado, aunque estemos (?) de vacaciones (no dan "putada" sin hilo) y aunque Manrique nunca llegara a pinchar aquella maqueta que le mandaste. Me pongo en el peor de los casos, porque lo mejor lo conocemos de sobra.
Os cuento un poco de lo mío. Cuando tuve mi propia compañía discográfica ( sí, he sido empresaria...¿Si no de qué me puedo haber arruinado?) de nombre Betibú, el Manrique lo pinchó todo. Bueno, cuando di una conferencia en el Karl Marx de la Habana, se durmió y no vino, el muy jetas, y mira que estuve todo el rato tirándole los tejos porque creía que estaba ahí. Incluso le invité a subir al estrado. Y subió. Pero subió otro Manrique, musicólogo, mulato y de Santiago de Cuba. De qué no me dio un vahído.
Cuando comenzamos en eso del rockandroll ( soy mas joven que él, je, je) y coincidíamos aquí u allá; pero casi siempre más allá que aquí, nos mirábamos por encima del hombro, porqué yo escribía en el Popu del artificio y las luces de colores roqueril y él era un señor muy sesudo que se sabía el nombre de los productores de los discos. Cosas de la juventud.
Hasta que un día hablamos. Y así hasta hoy, en que no hablamos porque no nos da la gana, pero como sí.
No olvidaré nunca su entrada en un hotel londinense donde fuimos invitados por una compañía multinacional no recuerdo para que. A él se le había roto una botella de agua mineral con gas de malta y llevaba la maleta perdida. Los ingleses no nos daban habitación porque eran las diez de la mañana. Y la liamos. Cuando al fín tuvimos la llave en las manos, en lugar de subir a los respectivos cuartos, nos largamos a la Tower.
No sigo. Cuando me pongo a rememorar, siempre guardo lo mas apetitoso en la memoria, para una biografía musical que me temo que nunca escribiré. Pero eso es otra película.
No pienso cejar ante el cierre del "Ambigú". No señor. España está yendo hacia atrás en muchos aspectos y esto es otra prueba de ello. Lo que esperan los mandos de RNE es que nos olvidemos rápido. Que hagamos un grupo en el facebook y lo desatendamos en un mes, que es lo que aguantan este tipo de reivindicaciones, porque todos caminamos hacia la supervivencia como corderos degollados y no tenemos tiempo para.
De buen seguro que los verdugos habrán pensado que el "share" del programa del Diego es viejuno: "Estos veteranos, gritan pero ya no tienen ímpetu para la patada". Se vuelven a equivocar. No sólo no nos falta fuelle, si no que, en mi casa ( es un ejemplo de miles de ejemplos) hace años que no soy yo la que sintoniza Radio 3, buscando, entre otros,  El "Ambigú que ya no está. ¿Lo tengo que decir mas claro?
Me ha alegrado mucho la declaración que ha hecho Santiago Auserón a propósito del tema. Cathy Claret tampoco se ha callado. No se de nadie mas, pero los habrá habido, seguro.
Es tiempo de que sean los que pisan la tarima los que hablen e intenten devolver a Manrique, un cachito de lo que ganaron con él. Es tiempo de que se mojen los de las compañías, los productores de los que sólo él sabe el nombre y sus compañeros de trabajo, aunque ya no ejerzamos.
Que se mojen los que cada día buscaban el dial para escucharlo y que se moje la solfa toda.
Desde aquí, os animo a que nos organicemos. Que no sean estas unas palabras bálsamo para el día después de haberse producido la herida. Y que nadie piense que el cese de Manrique y el robo del "Ambigú" es un caso aislado. Seguiré insistiendo. Que no nos dejen sin música.

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