Amor a distancia

El beso, de Rene Magritte. Un amor platónico no es lo que tú dices. Un amor platónico es amar dirección en mano y sin camino. No puedo imaginar, en el amor, nada mas frustante. Sobretodo porque el amor platónico es un frustre "a priori". Y "a priori" hay que salir a poder. Yo, al menos.

Tú la amas y ella también te ama, pero estáis lejos el uno del otro y parece que nunca os podréis juntar, salvo días robados a los días. Y podréis estar juntos muy pocos días de entre tantísimos que hay. Hace tanto tiempo que vivís así, el uno en el norte y el otro en el sur.

Os he visto tumbados y extendidos, cada uno en su lugar en el mapa. Ni sobre un atlas chiquito conseguís tocaros las puntas de los dedos de la mano. Hay angustia en La creación de Da Vinci. Impotencia.

Os habéis disparado con palabras asesinas. Os habéis podrido de cansancio. Os habéis reído y os habéis olvidado tantas veces como han sido necesarias. Hoy sois como un viejo matrimonio en la distancia. Tanto algarabío y tantas miserías os han llevado a conoceros mucho en los extremos. Esos que nunca llegan ni a rozarze sobre el atlas.

Cada primavera volvéis a llamaros por teléfono, resueltos a vivir el amor con serenidad adulta. Os buscáis en los aeropuertos, os revolcáis en los hoteles. Paréceis destinados a vivir solo en las horas de recreo del amor y a vaciar bolsas de cacahuetes mirando por las ventanillas de los aviones.

Esto no es amor platónico. Lo vuestro es amor, amor. Un tipo extraño de riqueza.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué habíamos de renunciar a los amores más ideales, si podíamos vivir en ellos del mismo modo que se vive un sueño? Es que la ilusión es como la ambrosía: mantiene siempre encendido el deseo y la esperanza y ennoblece la vida. Si podemos idealizar la realidad en que vivimos, si cada uno puede tener para sí el más sublime y perfecto amor, ¿por qué íbamos a renunciar? Esa es la esencia del amor platónico: la disposición a idealizar al ser amado como encarnación del amor. Es la ilusión de tener cada Quijote su Dulcinea, y cada Dulcinea su Quijote. Pero con el prodigio añadido de que el amor no queda tan sólo en contemplación, sino que obra buena parte de los milagros que se forja. Cuando una Aldonza Lorenzo cualquiera sabe que es tenida por Dulcinea, se metamorfosea en Dulcinea. Y cuando un Alonso Quijano cualquiera se sabe visto como Quijote, es muy capaz de convertirse en tal. He ahí el embeleso, la virtud de infundir belleza. "Cuando tú me mirabas, su gracia en mí tus ojos imprimían" y "ya bien puedes mirarme después que me miraste, que gracia y hermosura en mí dejaste". Sin Platón no hubiésemos llegado hasta aquí.

Anónimo dijo...

Realmente es un comentario anónimo (el primero) pero responde a la universalidad de todo lo que se escribe con ese corazón caliente y sangrante. Sí, ese que me regalaste una vez...,hace siglos, en la tierra del Apóstol (Ahora que lo pienso se apellidaba BAR), el Zebedeo.

Ah, Siento lo de Antonio Vega. Se va la chica, la de ayer. Como siga así en este mundo solo va a quedar mierda y nadie que pueda airear la habitación con su poesía.
Cuidate, Bonet.

Mariano Muniesa dijo...

Solo quienes vivimos amando a una persona que vive a 600 kilómetros y siete horas de autobus, que aún lejos en el mapa siempre está dentro de ti, de tus sentimiemtos,y en la que NUNCA dejas de pensar tenemos un concepto del amor que va mucho más allá de lo que convencionalmente se maneja con esta palabra.
Se sufre más, se añora más, pero tambien los momentos de plenitud son mucho más únicos e irrepetibles.

Viviane Vives dijo...

pues solo decirte que me gusta esta entrada mucho:-0

zac dijo...

Es dificil un amor en la distancia.Es imposible, incluso. Yo necesito apretarla entre mis brazos, el calor de su piel, la saliva de sus labios. Ojalà pronto desaparezcan los 1200km que nos separan.No deseo la añoranza que desgarra mis sueños, ni deseo la intensidad limitada de nuestros encuentros, ni el anhelo de volver a verla que me tuerce las entrañas. Sueño con tenerla en mis brazos, con ver sus despertares, con tener su olor en mis manos cada dìa, con la dulzura de sus labios a cada instante. El deseo se sostiene en la presencia, si sabemos alimentarlo. Y de esto se trata para mi el amor. De inventar fórmulas mágicas cada día que mantengan el nudo apretado.

zac dijo...

Es dificil un amor en la distancia.Es imposible, incluso. Yo necesito apretarla entre mis brazos, el calor de su piel, la saliva de sus labios. Ojalà pronto desaparezcan los 1200km que nos separan.No deseo la añoranza que desgarra mis sueños, ni deseo la intensidad limitada de nuestros encuentros, ni el anhelo de volver a verla que me tuerce las entrañas. Sueño con tenerla en mis brazos, con ver sus despertares, con tener su olor en mis manos cada dìa, con la dulzura de sus labios a cada instante. El deseo se sostiene en la presencia, si sabemos alimentarlo. Y de esto se trata para mi el amor. De inventar fórmulas mágicas cada día que mantengan el nudo apretado