EL HUEVO QUE ME VINO DE NUEVO ( A Portadora Abombada)



Esto que sigue lo he rescatado de la memoria de los tiempos. Lo escribí hace exactamente veintiún años mas un par de semanas , cuando estaba preñada de la Júlia. Y se lo dedico a mi amiga del féis, la Portadora Abombada, que está a punto de parir un César. He aquí uno de los inconvenientes del féis, que la gente dice sus cosas, te recuerdan a las tuyas y acabas por meterlas en el blog sin pudor alguno y encima dedicándolo....Ahí va...

Al huevo que me viene de nuevo



No sé si te gustará mas Rubén Dario que Elliot o preferirás la verdad prosaica; la ardilla en la rama y el payaso en el circo. Los hijos,-lo tengo comprobado y lo sabe medio mundo-, venís a contravenir a los padres, a enseñarnos nuevos formas de mirar las cosas, para que seamos menos memos y menos vanidosos. Otra cosa es el orgullo de sentirte entre mis pliegues, adonde sólo puede llegar el amor veloz y hacerse otro. Nadie, antes de ti, se posó aquí dentro y se enchufó al abrevadero: "Dame nueces, dame piñones y una guinda de nata en forma de pájaro." Ni nadie me creció como tu te creces; dispuesta a la vida, dispuesta al sur y dispuesta a despertarme extendiendo las piernas y las manos; al sentir, -quizás-, que el nido ya se te está quedado muy chiquito.

A nadie como tú he de querer tanto en esta vida.

A los animales les pasa lo mismo. Tienen hijitos tigres o hijitos lobos y los lamen hasta dejarlos lustrosos, la raya en medio y el moflete al aire.

A eso le llaman "orgullo de la especie", pero estas palabras dan asquito de caca adulta, porque las usan al revés y les sacan la ternura y el acierto de poder sentir lo mismo al tener mil niños mas, aunque no vengan de hurgar en los pliegues "barrigoncios."

Amor, mi niña, amor que no aprese, amor que he de aprender a amar. A ver si me ayudas a no confundir el camión con la razón y el caldo con el saldo, aunque sé que lo harás, no me cabe duda.

De momento, hago la colada y acaricio los jerseys con los que voy a arroparte. Son de un hilo muy fino, cómo de pliegue, aunque para alargar el confort basten las manos.

Tenías que nacer y escachararme en la verbena de san Juan, pero eres remolona y yo soy primeriza. Será que tengo que desplazar los huesos de la cadera un poco mas. Tú ves probando de juntar los hombros como si fueras pez, que es de donde vienes, pero eso te lo contaré mas tarde, no vayas a hacerte un lío con tanta información.

No voy a darte de mamar. Me dicen que soy frívola. Primero lo decidí por esto, por frívola; para mantener las tetas airosas. Todo vino porque hace años, mucho antes de venir tú, leí que la Dietrich decía que no quería tener hijos para mantener sus tetas primorosas, y desde entonces lo he venido pensando. Luego el médico me dio la excusa perfecta: "No lo hagas. Problemas con el calcio."

No quiero engañarte, mal andaríamos. La cosa fue así. Primero el uno y luego el dos. Mis colegas preñadas y las que ya lo han estado me miran con cara de "vamos a echarte de la congregación de madres del mundo". Dicen que la unión, con la teta y la leche, es total y protege de constipados. Yo no me puedo imaginar una unión más fuerte. !Si aún no se la cara que tienes y ya te daría la vida y hasta la teta si fuera tan, pero tan imprescindible!

Nos vamos a reír mucho. Yo inventaré canciones para tí: " Dos cucarachas sonrojadas se sonríen y enamoran. Cucu cucu cucaracho ¿cuál eres de los dos? Cucu Cu cu cucaracha, no te subas al sifón o voy y piso a tu novio como si fuera un bombón. Cucu Cucu, cucaracha, si no has de soltar la teta, suelta amor a mogollón."

2 comentarios:

RaFa dijo...

Me has emocionado, la piel de gallina y los ojos lagrimosos.

Viviane Vives dijo...

huy pues yo al kilean dos años y medio y todavia tengo las tetas altas! Asi que...