MUJERES

Frida Kahlo

Ya casi ha transcurrido el día de la mujer trabajadora y justo por el trabajo y la mujer que soy (y el curro) no he podido entrar hasta ahora en el ordenador y sentir vértigo al pensar en los días que habrán de pasar para que las mujeres trabajadoras de todo el mundo dejemos de tener un día. Un día para, es una reivindicación de.
Preposiciones y siempre la misma batalla; la dignificación humana. La cuestión es no cejar nunca. Para lo bueno y para lo malo, no cejar ni un momento. Cejar,-invento-, debe venir del ojo avizor. La ceja cómo tilde y rúbrica, lado cielo.
Tengo una amiga de veinte y pocos que lleva en lo del feminismo desde que era mucho más cría que ahora. Un día que me hizo un mitin y me debió parecer demasiado por qué tuve el valor de decirle: "Anna, no lo mires todo sólo desde este filtro. Hay muchas más cosas". "¿Más? ¿Sólo?", me respondió azorada. Otra vez las preposiciones, pero en aquella ocasión pegaban puñetazos.
Las feministas actuales llevan minifalda y medias de leopardo. El mito del cesto de mimbre se ha ido al carajo. El cesto, no, que es muy cómodo.
Los machos del gran berlusconismo, del duce, del poder, de la megalomanía y de la demencia, siguen rigiendo el mundo. Basta con leer el periódico y darse cuenta que Nerón sigue aquí. También hay hombres, hombres, mujeres maravillosas y mujeres para la misoginia en los grandes estrados.
En los trabajos, ya sabemos. Todavía no nos equiparan a ellos. Y en las casas, cada cual sabe los suyo, sólo que hay que cosas que traspasan las paredes y nos manchan de sangre la pupila brevemente indignada de la larga y ancha indiferencia.
Cómo nos quieren hacer creer que hemos avanzado ( y lo hemos hecho, gracias currantas antecesoras del feminismo) más de lo que en realidad lo hemos hecho, juegan a equiparar nuestros cuerpos jóvenes y altaneros, con el objeto sexual del paquete masculino vibrando y entonces te das cuenta que no ha se ha entendido nada.
El veintiuno ha venido a ponerlo todo patas para arriba. Al veintiuno no le sirven los matices. Compra a granel y sólo los titulares. El principio de este siglo no quiere análisis, va tirando con exabruptos, se defiende de si mismo.
El menosprecio a la mujer aún es muy grande y se filtra por cualquier arista. No nos queda más remedio que hacer cómo mi amiga Anna, que parece que ande pegando codazos todo el tiempo, cuando sólo pretende avanzar e ir señalando las injusticias. A Anna se le va acumulando el trabajo. El día que descubrió que el feminismo entroncaba con todas las libertades humanas, se ajustó más el jersey y siguió denunciando. Ahora no se le escapa ninguna, por eso es tan necesario para ella, descansar, soñar en el amor, perderse en los torsos de armarios titánicos de los hombres que prefiere, o simplemente quedarse sola en casa. Las mujeres pendientes de las cosas del mundo, las mujeres pendientes de su familia, las mujeres que penden de las campanas, las mujeres campanas y las mujeres cabras, las cabras que se cambian por un par de mujeres, las putas, las vírgenes y todas las mujeres del mundo, debemos seguir currando en beneficio propio hasta el día en que no necesitemos día. La utopía, esa otra mujer, la gran madre que nos pare cada día.























1 comentario:

Anónimo dijo...

M'HA AGRADAT MOLT!!!!!! T'ESTIMO MAGDOT!