El poeta Jordi Guardans con veinte años. Foto de carles Guillén Selva
Entonces, -hablo de mucho tiempo atrás, cuando las bicicletas se llamaban BH o se llamaban o Orbea o no se llamaban nada o muy impronunciable-, para ser muchos, nos bastaba con tener un fuego que apagar y otros dos por encender. Con esta disposición fueron llegando nuevos días y aprendimos a jugar con todos los elementos, con especial predilección hacia el ser humano, que es agua y es energía y chiribitas o electroshock según sea como metas los dedos en según qué enchufe del alma o de la carne ajena. El amor busca al amor. No paro de decirlo y siempre tengo que citar a Paul Eluard: "El amor busca al amor sin cambiar de rostro."
Hoy, por extrañas casualidades, azares y propósitos de este comienzo de siglo recontra cambalache, donde hasta el desgarro del tango se hace menudo para narrarlo, se me ha vuelto a llenar la casa de gente muy joven con disposición al fuego. A aplacar y a encender. A encender y aplacar. A veces me dan ganas de llamar a todos mis amigos y a algunos que no lo son tanto como para, pero que también me gustarían que vinieran, para presentarles a estos seres pequeños, altos y muy curiosos, a los que les gusta preguntar cosas de imposible respuesta, mientras desmontan los sillones, cantan encima de las sillas y comen patatas fritas con auténtico deleite.
Si no fuera porque esta semana no he publicado en el blog y ahora me siento un poco mal conmigo misma por no haberlo hecho, el verbo de esta redacción iría cabalgando más locazo y más certero, que es lo que le ocurre a mi modo de redactar, cuando lo hago pletórica, para bien o para mal. Son cosas del TDAH, supongo. O son cosas de la bestia. No le paro atención más que nada porque no lo sabré nunca, ni así viva cien años.
Los jóvenes, cuya mayor parte son músicos, me van dando a escuchar a otros jóvenes y jolín, hay un nivelazo, sólo que algunos de mi quinta creen que ya está todo inventado o que no hay talento en las reinvenciones. Hay gente que se hace mayor de pronto, a golpe de sentencia, lo cual no malo en sí mismo, sino solo una opción. Yo también ahorraría para un botox o un estiramiento si fueran de varita mágica, pero esta es otra historia.
Leo en el facebook una frase de Sampedro "Los que atacan el movimiento 15-M son el ayer, ellos el mañana." No he cambiado de tema, es a consecuencia del 15-M que la casa se me ha llenado de juventud, pero claro, no tengo disposición para atenderlos cada día, así que los miércoles, a partir de las siete de la tarde, abro la puerta y nos echamos a charlar y a escuchar música o a comer patatas fritas. Se están concretando proyectos, -de aquellos que nacen a espaldas de la crematística y muy cerca de la suma de medios-, que serán muy bellos. No se puede quedar cada miércoles en un sitio y esperar que lo único que ocurra sea un rodar de ombligos. No están los tiempos para esto. Así que os iré informando, del mismo modo que hago extensiva la invitación a quienes tenga a bien venir para sumarse a apagar un fuego y a encender dos más, que es lo único que necesitamos para sentirnos muchos y sentirnos parte.
En todo eso, la realidad muestra unos dientes afilados, un último trabajo en el que me he metido (no las tardes de los miércoles) necesita financiación, de modo que la cosa está dura. Y en estas que pienso poner en marcha algo en lo que vengo pensando desde hace tiempo, en poner publicidad en el blog. Publicidad de cosas que se me avengan. Ya sé que es mucho pedir y cuando hablo de esto siempre me acuerdo de lo que me dijo la rubia que parí cuando se lo comenté "¿Rosa Luxemburgo y Durruti hacen campañas de publicidad?". Por intentarlo que no sea. Me gustaría que me dierais vuestra opinión al respecto. Mañana voy a escribir una entrada como mandan los cánones de los blogs y no este poti-poti ( es así como llamamos en catalán al culo de un saco de Pandora, en el que solo me queda meter a Bob Dylan, que cumplió 70 años y a mi amigo del alma, el poeta Jordi Guardans, con cuya foto, explosión de vida de cuando entonces ( la foto debió ser tomada un par de años después de nuestro primer encuentro, porque en el primer encuentro era casi imberbe y se la hizo "su" Carles) he ilustrado este post. El martes presentamos su último libro, no de poemas, si no de canciones, editado por el Emboscall. Si queréis ver la presentación en directo podéis visitar la página web de esta editorial que contra viento y marea está haciendo el mejor y más loable trabajo a la poesía catalana actual. La medalla se la deben llevar las colecciones de los grandes grupos. Y las subvenciones. Pero no el placer, los deditos en el enchufe de la efímera felicidad. Termino con unas palabras y un afán escrito por "mi" Jordi. Es así como comienza una de sus canciones y es así como me gustaría poder comunicarme con vosotros, sea o no sea miércoles, a cada rato: "M´agradaria poderte parlar / sense paraules/ com campanes."
1 comentario:
moments irrepetibles, emocions i sentiments inolvidables.
quin tros de presentació !!!
petons
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