GATO PÉREZ, Facebook y BOB DYLAN

Sigo extasiada de cuanto pasado revivo y cuanto presente hallo a través del Facebook. El facebook es un arma peligrosa, pero no para mí, de momento, que atesoro años suficientes como para ir "perdiendo personas en el camino a las que nunca de dejado de querer"
¿Cómo se llamaba el programa de Lobatón, uno de máxima audiencia? Lo tengo en la punta de la lengua. No lo tengo. El facebook, en una primera etapa, viene siendo como aquél programa de reencuentros. Algo así cómo repetidos finales de Esplendor en la Yerba, pero sin tensión de espera ni seres mutilados.
Jessi y Clara Pérez eran dos adolescentes cuando falleció su padre, el gran, grandísimo GATO PEREZ. Compartíamos piso en el Ensanche, un velódromo de arriba y abajo. Compartíamos con ellas y con su madre, Helena, que las niñas no sabían todavía de alquileres...
Mi hija cumplió a su lado, sus dos o tres primeros años, que dicen que es cuando nos hacemos los seres humanos, cuando se configura el disco duro de la personalidad.
Su mejor amiga era Clara, que pasaba más horas en casa, tan niña también ella...
Y de pronto, rememorando a Clara y el piso del Ensanche y el perro TuTo, cierro el círculo sobre un asunto que nunca me ha preocupado pero sí que me ha dado que pensar alguna que otra vez, y es: ¿Por qué mi hija, tan hija del rock como es, no muestra sensibilidad ninguna para el rock ni para el roll y prefiere la rumba, la buena rumbeta catalana, cubana, cheli o aragonesa?
La respuesta está clara cómo Clara Pérez, la ninita de trece años que la maqueaba, la ayudaba a vestir sus muñecas y aúpa aúpa.
Hay cosas que se contagian por la piel, no lo dudéis nunca.
David Sardà, otro muy ilustre visitante de la casa, también adolescente por entonces, -hoy padre de família y desde el mismo momento de nacer, miembro de un clan de clanes familiar donde los haya-, podría dar fé, como podría dar fé Jessi Pérez, que hay cosas que por mucho que te obstines a enseñar, los niños chicos, -todavía puros-, si no quieren, no aprenden nunca.
Tal era el desprecio que aquella hija mía, bola de ternura de poco más de un año, sentía por Bob Dylan.
Mamá ponía a Dylan en el apartao reproductor, y la criatura se encaramaba a su moto de plástico (porqué andar no andó hasta que vió a Alberto Manzano entrar en un día en el salón, sin cita previa, y la cria protagonizó un milagro, muy ponderado entre Alberto, yo y un pediatra alucinado) se acercaba al aparato y apagaba la música.
Hicimos varias pruebas con la discografía entera del hombre en cuestión ¿Y si esta pieza no le gusta porqué la escribió, lleno de ira por el complot bélico, bla bla bla? Nada. Ni las mejores canciones de amor de la historia del Dios Dylan. Nada. No había modo. Lo desenchufaba.
Pero sí le gustaba la ópera, pero sí le gustaba la rumba. Le gustaba Luz y el No me importa Nada. Y Clara: "Vá, Júlia canta el "No me Importa Nada" que si no no te saco al parque..."
Ahora que la niña es mayor y va a su rollo más que nunca y feliz sea, sigue gustándole lo mismo. Y la rumbita.
No me gusta escribir estas entradas tan autoreferenciales, si es que no todas lo son. Un pudor absurdo el mío, porqué escribo en mi blog (! Bonet, que escribes en tu blog, carallot, no en una columna en el New York Times!!!)
Círculo cerrado sobre los gustos musicales de mi pupila.
Círculo abierto a los míos, algunos de los cuales indico ahora.
Me gusta Dylan, Luz, las hijas de Gato y Helena, sus hijos, la mía, David Sardá, su madre mujer e hijos. Lo que me devuelve el facebook. Alberto Manzano y Gato Pérez que nos contagió a todos: " un oasi de tolerància impossible d´aturar. Hi ha gitanos i jueus, andalussos, lara lara lara lara....."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Maragda...me gusta mucho como escribes.
Aclaración a la entrada:
La Julia era infinitamente mas rockera que tú, era una bebé roquera ¿recuerdas que un día que fuímos de urgencias un médico dijo que le daba respeto? Tú lo notabas porque eras la madre, cuando te celaba, con una mirada echaba a todo el mundo de la habitación. Tú eres mas flower power. Todos los que quisimos a Julia cuando era un bebé sabremos siempre que era un bebé de armas tomar. Cuando cantaba la canción de Luz Casal daba gracia por su coqueteria y su mirada roquera...qué tiempos auellos, que nonitas las ods todo el día juntasss..........os quiero

Anónimo dijo...

Maragda...me gusta mucho como escribes.
Aclaración a la entrada:
La Julia era infinitamente mas rockera que tú, era una bebé roquera ¿recuerdas que un día que fuímos de urgencias un médico dijo que le daba respeto? Tú lo notabas porque eras la madre, cuando te celaba, con una mirada echaba a todo el mundo de la habitación. Tú eres mas flower power. Todos los que quisimos a Julia cuando era un bebé sabremos siempre que era un bebé de armas tomar. Cuando cantaba la canción de Luz Casal daba gracia por su coqueteria y su mirada roquera...qué tiempos auellos, que nonitas las ods todo el día juntasss..........os quiero

Theodore System dijo...

Quiero decir una cosa.
Hubo un tiempo que me gustaba soñar, vivía solo en las montañas, como heidy, o como jackie y nuca...
Me subia a lomos de una montaña y corría desesperado por huir de mi infancia casi perfecta, y a veces ganaba y a veces me desintegraba.

Un día conocí a Magda Bonet, ella me paseaba por la ciudad y por sus preguntas, me cogía de la mano y de puntillas, me confeccionó un mundo a mi medida.

Dejé de correr, y empecé a respirar.

Ahora te recuerdo y vuelvo a respirar y espero una mano que me ayude a cruzar. Una amiga que me ayude a soñar. Una Magda que me devuelva otra vez aquel brillo en los ojos, ese brillo preciado del universo, la gran emoción de algodón de azúcar!....

Esa juventud que ya solo voy a intuir en el espejo, reflejo de Max, de Martina, de Jessie, de Clara...

De la gran Magda Bonet.

Jessi Pérez dijo...

...y de cuando un día escuchando un programa de un coleccionista roquero, a la Tarda, esa Magda mía, me mandó con 10 discos (de vinilo!) del Lou Reed y la Velvet + un kilo de arroz, en taxi a Catalunya Radio de Avda Diagonal.Estavamos jugando en un concurso que premiaba al primero que llegara con 2 entradas para ver a ese Santo del Rock&Roll. Tanta rumba en mi vida y ese dia pude vibrar por primera vez de un concierto en primera fila, wuau, y además en el Palau donde mi mamà curraba embarazada de mi. Quins moments tant importatns per la meva vida Magda, si no t'hagués trobat en aquell moment tot hagués sigut molt diferent, més dur, més difícil i sobretot: més avorrit! I LOVE YOU