Y tantísimos ademanes, los gestos muchas veces burdos de quienes buscan, por vez primera, la manera de alcanzar otras partes del cuerpo del otro para sentir el placer, la diferencia y la soledad.
O aquellas poses resabiadas de quién ya se enamoró dos veces y escuchaba tus canciones creyendo sentir la profundidad de las palabras, cómo si "amores se van marchando" o cualquier otras, la hubieses escrito sólo para él.
Haber escrito letras de canciones, haber cantado canciones y haber estado en el inicio mismo del amor, de tantos amores, de tantos dolores, con la guapa, la fea y el tímido en el rincón, es haber estado en el centro de la vida.
Hoy me invento que la vida es un redondel y que en el centro está el amor expandiéndose hacia toda la superficie: y ahí estuviste tú, esa fué tu magia. Y la mirada triste.
1 comentario:
Maravellós.No cal dir res més. Sil.
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