Mis amigos y Paquirrín

En la foto Reyes Torío i Lluís Soler, domingo por la mañana, día de la madre, en el mercadillo de la zona hermética ( el nombre tiene tela y debe de tener peso) Al fondo, Paquirrín. Como quién se retrata ante "Le Moulin Rouge, quien se tira de cabeza a la Fontana de Trevi, quien busca a Kafka en Praga, o a "tu sombra en cada esquina", mis amigos se lo pasan pipa fotografiándose ante falsos Paquirrínes. ¿Hasta donde hemos llegado? Lo curioso del caso, es que mis amigos, estos dos de la foto, se conocieron una hora antes del testimonio gráfico, a primera hora de la mañana, habiendo dormido a pierna suelta y, eso sí, antes del desayuno. La cuestión que se me plantea es casi aritmética: Si dos de mis amigos, al cabo de sesenta minutos de conocerse, coinciden en señalar a un señor cómo al mismísimo Paquirrín y con idéntico entusiasmo, me lanzan sus móviles para inmortalizarse ante el hallazgo, es que: A:-Ya se conocían de antemano y no me lo habían dicho para no quitarme la alegría que ambos saben que me da cruzar afectos... B.- Los dos son asquerosamente superficiales y/o están mal de la cabeza, cosa que yo sé que sí pero no tanto... C.-Los dos se llaman Juan, sus trenes llegan a la estación cuando les da la gana y por eso son mis amigos... D.-Formo parte de un grupo de gente que basa sus relaciones de amistad en buscar a Paquirrín. A todas luces, la respuesta acertada es la C, sólo que no todos mis amigos se llaman Juan, así como todas las preguntas y respuestas de los test son siempre, de tan generales, reduccionistas. !Y yo que quería darle a este blog un aire universal, globalizador como el suelo que pisamos, pándemico, viral, elevado e intelectual y ya estoy poniendo fotos de la peña y centrándome en lo que pasa en mi entorno como si lo que pasa en mi entorno fuera el eje por donde se mueve el mundo, como hace, siente y escribe una columnista cualquiera! ¿Si todo está dicho, pensado y escrito, mis amigos que no se conocen se parecen entre ellos, el mercadillo,-máximo exponente de la socialización en el comercio-, se ubica en una zona hermética y toda la gente que sale en los test se llaman Juan, porqué sigo empeñándome en tirar adelante este blog pretendiendo originalidad? Admito, pues, que soy una bloguera como las demás y que sin mis amigos, -se parezcan o no entre ellos y al margen de Paquirrín-, jamás me podría sentir distinta.

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