Pato al agua

La ilustración es de Dominike Liaño. No se como hace este hombre para recopilar tantas ilustraciones guapas, de tantos autores y de todos los lugares. Dominike se explica y nos explica por imágenes.
Antonio Vega nos contaba y nos cuenta por canciones. Se ha roto el lazo que le mantenía en vida y hay tristeza en el ambiente. Siento-esta -tristeza. Tristeza en el escenario y tristeza ( le llaman depresión económica) en todo el mundo. Caminando entre este estado de cosas, a veces me parece que no puede pasar nada positivo. O muy poco.
Pero pasa. Caray, sí pasa!
Pasa como le ha pasado al tipo de la foto. El hombre está nadando. No sé si entrenando o compitiendo, pero de repente "le corren los patos" y esto es gloria bendita. Es así como entiendo esta ilustración. Cuando el atleta comenzó a nadar, los patos no estaban ahí, corriendo más que él, por delante de él.
No, los patos han surgido del fondo de la piscina, o del mar o de la bañera en que está nadando y ahora el hombre nada con brío renovado. Lo ideal de esta historia sería que al final del capítulo, el nadador se llevara el pato al agua o a su casa. De momento hay que correr para alcanzarlo. O aminorar el paso para alcanzar el pato sin asustarlo.
Hablo de patos cuando debería hablar de otras cosas para las que, de momento, me siento incapacitada. Los patos de goma son unos bichos blandos que a según quién le parecen cursis, y hay que tratarlos con delicadeza. Sólo un niño puede y debe estrellar un pato de goma contra las baldosas del baño, cuando siente que se hunde su barco.
Cuando un adulto lanza un pato de goma contra las baldosas es que es imbécil o tiene mucha mala leche y no tiene nada más duro a mano.
No se como acabará todo esto. De momento, el pato ha llegado con la primavera, lo que viene a confirmar lo intrínseco de la estación.
Había un libro de atuoyuda que se titulaba: "Yo estoy bien. Tú estás bien." Lo sé porque tuve un amigo pesado que me lo regaló dos veces. Sólo leí el título.
Yo quiero que vosotros estéis bien, que Dominike Liaño esté bien, Antonio Vega también. Y, a la larga, quiero llevarme el pato al agua para olvidar tanta tristeza.

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