El Pí de Formentor

Bueno, vale, sí, es veritat, okà (que dicen en la Habana y Babi con mucha gracia) això es un blog pandémico de altas reflexiones sociales y espirituales desde Barcelona, ciutat imaginada (saludos a Manel Esclusa) y en crisis a comienzos del 21, pero también es brasero de vanidades y voy preparando mi terreno. El día 2 del próximo mes de Julio, mi hija, la Júlia, la bebé que tengo en brazos en la foto que ilustra el post, cumple 20 años y estoy viviendo una etapa de reflexión. Ni revivir el parto, ni pedir indemnización por las horas de guardia en la mili, ni contar que desde entonces, por la vida mocosa y mi propio moco, creo conocer muy bien la envergadura, la enjundia, lo subliminal y hasta los detallitos todos del poema El Pi de Formentor, de Miquel Costa Llobera, que tan bien canta y transmite María del Mar Bonet. De momento, la criatura ( glups) tiene 19 años, así que tengo unos días para darle vueltas a las cosas del paso del tiempo, y de ponerme penitencias por la celeridad con que alguna vez le cambié los pañales. El asunto es otro. El asunto es que esta foto forma parte de una serie que nos hizo Anne, una chica inglesa, fotógrafa, de paso por Barcelona para realizar una sesión a los chicos del Último de la Fila, y a la que yo llevé ( con la criatura) a la Macarena, donde cayó enamorada de Mayte Martín ( la criatura también) y siguió haciendo más fotos. Por cosas que no vienen al caso, las fotos para los de la Fila no llegaron a ilustrar el disco y Anne se perdió en el recuerdo, hasta que cuatro o cinco años después, consiguió ponerse en contacto conmigo, pero no llegamos a vernos. Muchas personas como Anne, se pierden en la vida. Personas exquisitas, como la fotógrafa, que nos hizo, a Júlia y a mí, una serie de fotos por tan solo acompañarla a La Macarena y prepararle un bocata de mortadela. De ser hoy, la pérdida no hubiera ocurrido. Interconectados como estamos, la habría agregado al facebook, al messenger, al móvil y hasta, -en un momento de máxima confianza-, le habría pedido el código de barras de su cámara. Sin embargo, 19 años y 11 meses atrás, o eras muy ordenada/o con tus agendas y ponías cenefas a los nombres y apellidos de los que entraban y salían de tu vida dándole un barniz de buen rollo, o te quedabas en la inopia sobre su paradero, que es donde estoy yo, por lo que respecta a Anne. Al escribir este post, no quería, de ninguna manera, dejar patente el paso del tiempo con anécdotas. Pretendía hablar en términos más genéricos, esenciales, grandilocuentes y filosóficos, pero, lo haga como lo haga, siempre que cuento asuntos de pasado, se suman las anécdotas que confirman que me he ído para atrás. Cuesta decirlo, pero ahora entiendo los cuentos de los abuelitos, en los que, de niña, cómo oyente, era un rollo separar lo esencial de lo esencial. Cuesta o no cuesta decirlo, pero desde el instante del día o de la noche del mes y del año en que lees o escuchas el Pi de Formentor y todo te hace click,- a lo Milo Manara pero en términos absolutos-, ya nada cuesta tanto. O sí, pero de otro modo.

1 comentario:

Txema Anguera dijo...

.....tan solo,me queda una duda.
JÙLIA,por el poema de José Agustín?
o por casualidad.