Historia de una cena

En la foto, el "Heavy", uno de mis sobrinos.
Ayer no fui a cenar con un grupo de gente muy in, muy políticamente correcta, pero sí lo hizo un colega que lleva toda la semana tratando de convencerme para que lo hiciera, aduciendo que tengo que salir más (?) sin que su osada oferta le hiciera temer, ni por mi salud mental ni por la suya.
Yo no fui, pero él sí.
Esta mañana ha sonado el teléfono, y el colega me ha contado de qué modo y cuándo, los in, hicieron on y se pusieron las botas de la descalificación personal, a la par que los efluvios del alcohol les invadían y sacaban a relucir su flamante humanidad.
Resulta que cuando mi colega mentó a no sé qué personajes off de la ciudad, a los in, no sólo se les pusieron los pelos de punta, sino que comenzaron un proceso (por procesión) de insultos, e hicieron aquello tan feo, y rematadamente indigno, de decir: "Si además su hijo es maricón y él es un cornudo!!!" al hablar, es un decir, del trabajo de un político.
En este punto, mi colega instó a cada uno de los in, a "contarse" a sí mismos, según lo estaban haciendo sobre sus enemigos.
Aquello de al pan, pan y al vino, vino.
Según he sabido, una vez emplazados al juego, las risitas fueron máximas y muy histéricas.
Y lo que comenzó como una bobada, acabó como una escena tórrida a la usanza de ¿Quién teme a Virginia Wolf?, pero mucho más casta y provinciana.
El colega es un cenutrio ( Reyes, again) de mucho cuidado. Se lo digo a mi vecina y se lo digo a él a la cara.
Treinta años de piernas hermosas y la mitad de ellos jugando con las palabras. Se lo pasa pipa al convencerse de que la gente que más teme a las palabras, es la que exige una mayor corrección formal.
Cuanto más temes a las palabras, más las usas para hacer daño. Esto es así desde el principio del lenguaje. Caín le dijo a Abel: "Eres un puto vago mimado" y fue expulsado del paraíso. Aunque me temo que lo que le valió la tarjeta roja a Caín, no fueron solo estas palabras, sino lo que había implícito en ellas: la verdad.
La pobre, desgarradora y siempre reluciente verdad, que en mi caso se resume en que tengo un montón de sobrinos y todos ellos, gatos.

2 comentarios:

kissu dijo...

magda!!!! Cada vegada que passo veig el blog canviant! ho hauré de fer més sovint!!!
Marxo de vacances... ens veiem al setembre!

pepitona dijo...

Magda, les paraules i comentaris ens fan humans també i les crítiques del que ens afecta, la teva ironia arriba i m'ha fet somriure.


pepa