IDOLOS


Ayer noche terminé de leer el  libro de Esther Tusquets, Confesiones de una dama indigna, cuya portada corresponde a la imagen del post; y hoy me han venido ganas de hablar de él, a la vez que me pregunto porqué no escribo de libros en este blog ( gran razón de mi existir)  y sí de música y si de rock y si de rol.
Cada vez que sale a la venta un libro de la Tusquets ( no son miles) me dá un subidón, una urgencia y tengo que hacerme con él lo mas rápido posible.  La Tusquets tiene la prosa mas trepidante que conozco de autora/ or en castellano y ¿quién se resiste a esto? En realidad, Esther Tusquets es la autora Pop-Art barcelonesa por excelencia, aunque me temo que el Pop Art se la trae al pairo. Sus comienzos fueron puro pop art de gran difusión popular, con aquél libro que llevaba título de rock sinfónico; "El mismo mar de todos los veranos", que vino a ayudar a toda una generación de procazes y desmandados punkies entre los que me incluyo, a llorar sin sentir verguenza por ello. Hablar de amor entre mujeres cuando en la literatura post negrura del país  casi nunca se ponía el amor al alcance de la mirada del lector, fue celebrado como una muestra de libertad.
Me acuerdo, -ahí va una de batallita de mujer madura indigna del copón-, -que no de gran dama indigna-; que el libro salió en el 78, al parecer uno de los años mas nutritivos de mi vida porqué durante su transcurso conocí a casi todos mis ídolos; venía de entrevistar a Patti Smith, conocí a la Moix, Ana María, de la que había leído su novela, Julia (tanto me gustó, que siglos después le puse el mismo nombre a mi hija) Con Pau Riba fuí varias veces a casa de Salvador Dalí para teorizar sobre la inseminación de la tierra virgen, motivo del festival  Canet Rock "Contrita Contradictio Virgo Inseminanda", del que surgió mi grandísima y larga amistad con Nico; leí "El mismo mar de todos los veranos" y me hice  fan de la Tusquets; viví una tórrida historia de amor con Manel, -el chico más rubio del Eixample-, al que dejé por la ternura de Pep;  me llamaron para ir al juzgado por firmar un contrato de actuación (Ultravox) siendo menor de edad y junto a Pau y sus muchachos recibimos un aviso de ex-comulgación por parte de la Curia. No sé como acabó todo aquello.
Por si fuera poco, en el Festival de Reading conocí a Luz en la roulotte de los Popus.
Algo se me habrá escapado de aquél año feliz, aunque solo de recordarlo me mareo, será porqué me he quedado con la copla que canta la Tusquets. Dice que ella, a partir de los cuarenta y tantos tuvo un click, y hubo felicidad, pero todo fue para abajo.
A ver que pasará con lo mío, aunque a día de hoy todavía sueño con un tipo como el hijo de la autora ( "un bé de deu" de dos metros de altura, gran batería, delirio de señoras Stone del mundo mundial) leer y releer sus libros ( los de la autora y de otros)  ir a conciertos y festivales, tomar una coca-cola con Pau Riba y otra con Ana María Moix, ver crecer a mi hija, que me excomulguen, y asistir al Festival de la palabra de Silvia Grijalba; la gran efemérdides rockera made in Spain, donde este año podré hablar de Nico, y si hace el caso, hasta de Esther Tusquets, que también es Pop-Art;  inmediata, comestible, asertiva, decadente, sincera, trepidante, dignísima.