Al Final del Amor


En la foto, Leonard Cohen.

Lo diré desde la música. Tengo la suerte de ser amiga, pero que muy amiga y muy viejuna, del amigo del alma de Leonard Cohen en el continente europeo. El amigo en común entre el genio y yo es el poeta y escritor Alberto Manzano, que justo ahora está escribiendo una cosa con él y sobre él. Al maestro Cohen le montó el Alberto un homenaje cuando se quedó sin un chavo después del robo de su manager. En el homenaje (hace cuatro o cinco años) participó lo mejor de cada casa; Jackson Browne, Toti Soler, la LUZ, Morente, la Mayte Martín, Muguruza, John Cale y otros más. Lo presentamos la Grijalba, Silvia y servidora. A lo puente aéreo Madrid Barcelona. Dos mujeres escribientes y  dos vidas dedicadas al güacanroll. Lo pasamos pipa. En los aeropuertos, en los hoteles y sobretodo en el escenario. Donde mejor lo pasé yo fue hablando con Alberto, documentándome con él para presentar las versiones de las canciones de Cohen. Así supe que la melodía de una de las mas bellas canciones del mundo; "Dance me to the end of love", partía de una vieja canción judía, que se tatareaba como un salmo en los campos de concentración nazis. 
Este año, el Cohen vuelve a salir de gira ( él solito) a pesar de haber cumplido los setenta y cuatro el año pasado y de haber caído fulminado de cansancio tras una actuación. Vendrá por estos lares, así que hay que ir pidiendo tanda. 
El caso es que Cohen ( el judío más hermoso, según Janis Joplin) ha cancelado de la gira de este año, sus actuaciones en Israel. Me dicen que por un lado le duele no poder compartir con el pueblo sus canciones, pero antepone su ideario. No piensa visitar Israel hasta que termine la vergüenza de Gaza, la venganza trapera y los asesinatos. Otros artistas han dicho que no a los escenarios de Tel- Aviv; Serrat, Elvis Costello y hasta el viejo Santana y su guitarra caribeña.
La obra de Cohen, -tanto la musical como la literaria-, está muy centrada en el hecho de ser judío, de sentirse judío y su dolor debe ser dos veces grande, si es que el dolor tiene rasero, que no lo creo.
A la gentuza que hace demagogía sin mirar a quién, tachando de antisemitismo ( antisemita NO, anti sionista SI) por doquier a quién no les bebe los vientos, hay que recordarles a cada paso este tipo de cosas. El caso de Cohen, el caso de muchos judíos destrozados por muerte ajena. El caso de Alberto, que me llamo ayer gritando palabras soeces y salmos de impotencia que no son los que nos han de llevar, bailando, hasta el final del amor.  

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Viva Palestina libre! Y vivan los judíos comprometidos con su pueblo y la paz que rechazan a un gobierno sanguinario, igual que se lucha desde dentro contra estados militares o dictatoriales.

YO ME DECLARO ANTISIONISTA.

JAMÁS ANTISEMITA.

Y que viva la Bonet y su lengua libre.

Àngels Pérez.

Viviane Vives dijo...

el concierto de L. Cohen (sincerely) aqui en Austin fue una experiencia metafisica. Fue el primer concierto de la gira USA y de poco nos morimos todos de placer.