Casualidades

El hombre que esta mañana estaba sentado en un vagón de metro de la línea azul, cantaba como una almeja. Era un tipo maduro de indeterminada edad, engominado, con Cartier en la muñeca y vestido como un pincel; ejecutivo de altos, pero muy altos vuelos. Mucho lustre y mucho móvil, demasiado móvil para tanta conversación como mantenía, mas que nada porque en la línea azul, hay muchas estaciones en las que no hay cobertura, de modo que fingía una conversación que mi otosclerosis no me ha dejado seguir.

Eso ha sido lo que me ha hecho fijarme en él. No mi sordera, si no que hablara por el móvil cuando no era posible hacerlo. Después, mi atención se ha concentrado en el envoltorio.

He dejado el Cosmopolitan, el Vanity Fair, el Fotogramas o cualquiera de estas tres revistas que mi hija compra y me mete en el bolso: "Culturízate Bonet, culturízate. Así no pensarás tanto", me dice la graciosa; y he repasado al lustroso de arriba abajo. Ni pizca de morbo ni atractivo.

Si el tipo quería pasar desapercibido haciendo ver que hablaba por teléfono ( la cabeza gacha y la mano libre erizada, como si comprimiera y descomprimiera una pelota invisible) ha logrado justo lo contrario. Unos adolescentes que estaban a su lado y debían conocer muy bien el recorrido, le han espetado: "¿Tienes un móvil de destrucción masiva?•

El hombre ha hecho ver que no oía. Sabía que era el pulpo del garaje y parecía incómodo. Se ha apeado en Diagonal. Yo también. Juntos, pero a distancia, hemos salido a la calle.

Y juntos, pero a distancia, hemos bajado andando hasta Vinçon, pero esto no lo he sabido hasta que he llegado. Al mirar alrededor buscando al amigo con el que había quedado, he vuelto a ver al pincel: "¿Qué hace este tipo aquí? ¿Será una premonición de los tiempos por venir?"

Ha besado a una chica muy joven, muy alta y muy pija a la que ya había divisado al entrar en el vestíbulo de los escaparates de la casa sacra del diseño barcelonés. Y entonces sí que les he oído. El ha dicho: "Acabo de tener una aventura desquiciante..." No he oído mas, sólo palabras sueltas y las risas de la mujer tonta que decía "Ideal, desternillante" y "Tendrás que darte una ducha".

Mi amigo ha llegado y al verme ha improvisado unos pasos de un flamenco que no sabe bailar. Es de natural contento. íbamos a por un asunto de trabajo y llegábamos un poco tarde, aunque no he podido dejar de contarle la anécdota del falso móvil. Me ha reñido:"Lo que no puedes permitirte es que estas tonterías te dejen con mal cuerpo. Se te ha puesto cara de mal rollo."

Hemos subido al despacho donde habíamos quedado citados, hemos charlado un buen rato con un editor: "No tenemos demasiado dinero, estamos empezando. ¿Os unís a la aventura? Vivan las letras!" Ha habido mas sandeces.

Al marcharnos, el editor nos ha acompañado hasta la puerta. Era uno de estos pisos del Eixample que se dividen en dos por un largo pasillo. De la parte sur ha salido un tipo que el editor ha pasado a presentarnos: "Es mi primo. Él se encarga de todo lo relacionado con el dinero. Un pequeño negocio familiar. Ya veis." El primo del editor era él, el tipo del metro. (!!!!)

Nos ha saludado con la cabeza gacha. Al fondo he divisado a la tonta "desternillante".

Una vez en el ascensor mi amigo ha sentenciado :" A ver que nos dicen, aunque yo; sin adelanto, ya no escribo ni mi nombre en la pared."

Yo le he respondido: ¿Y si nos regalan un móvil que rompe las barreras del sonido?" Me ha mirado perplejo, pero enseguida ha adivinado de que le hablaba: "Qué fuerte, tía, que fuerte. Huyamos."

Todavía corro.

(Cualquier parecido con la realidad es posible que sea cierto)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

mi Magda haciendo amigos, tienes que aprender que el mejor desprecio es no hacer aprecio.

Toni Rull

Txema Anguera dijo...

si es que el mundo, es un pañuelo llenito de mocos y gente "apincelada"
y maloliente, Magdeta !

Viviane Vives dijo...

que gracia por dios, andaba yo leyendo y pensando (antes de llegar a los adolescentes,) sera un telefono atomico, mujer, tu tranqui:-)

Sabes, ultimamente, no se porque, siento como si en vez de siempre sentirme "perdiendo" alrededor de toda esta gente encarcarada, me siento como que estoy ganando y que voy por delante... y ya no me molesta, pienso, pues ellos a lo suyo, y yo a lo mio, y tan tranquila:-)