Buenos cuidados

Ayer, en el hospital donde vive mi madre; los pacientes se preparaban para ver el partido de España por la tele. Hay una sala de "ocio" para cada veinte habitaciones, lo cual está muy bien, pero mi madre se niega a ir. Y mira que es sociable, pero se ha hecho su mundo propio.
A mi me gusta ver el hospital "revolucionado". Los mas jóvenes no se pierden una; tenis, fútbol, baloncesto. Siempre ganan ellos. Se juntan en una de las salas y la lían. Luego, para celebrarlo, se van a fumar un cigarro al jardín o a la calle, pero eso depende de la manga ancha de las enfermeras del turno de noche. Si no les dejan, las burlan. Con sillas de ruedas; andadores, bastones y ascensores que pitan al subir y al bajar, montan su propio follón.
Hay quien toma un par de mudas de vestir, las arruga y las mete bajo la sábana, imitando su pose al dormir. Y hay quién se planta: "Voy a bajar de todas formas. Ve llamando a la toda la Policía Nacional, que cuando lleguen ya estaré aquí de nuevo, durmiendo como un niño."
Ayer, al oír el ruido de alborozo en el pasillo, me fui a la sala de ocio para saludar a mis colegas, pero se los habían llevado a todos a la ala sur, a otra sala. Un poquito desilusionada, aproveché para sacar un zumo de la máquina expendedora y mientras lo hacía, estornudé un par de veces.
Una mujer de noventa y cinco años ( esto lo supe luego) pequeña como un pájaro pequeño, con las uñas pintadas de rojo chillón, se dirigió a mí; diciendo: "Nena, cuidate, que los primeros ochenta son muy duros y todo lo pillas. Después ya puedes hacer lo que te venga en gana." Y me mostró el interior de su bolso: "¿Quieres una chocolatina?"
A su lado, con la cabeza pegada a una mesa, un señor de no más de sesenta, que pinta mandalas y los regala; quiso deshacer la gracia de la anciana y espetó muy serio:" No, mujer, es al revés. Es ahora que debe cuidarse."
La viejita me miró con aire cómplice y añadió: " Nena, tu cuidate ahora, te lo digo yo. Y sobretodo, cuidate de no emparejar nunca con el listo de la clase."
La madrugada me ha pillado "entrevistando" a Michael Jackson en el ordenador. Cuidándome, muerta de la risa.
Y a las ocho de la mañana, en plena fase REM ( besos a Michael Stipe) ha sonado el teléfono. Era uno de los jóvenes del ala sur del hospital: "Oye, corazón, que no me traigas tabaco, que al final, ayer, vino mi hermano y me trajo un cartón. Joder, niña, no te pongas así, duerme, duerme, pero te aparto un par de paquetes."
Cuidándome.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Bertu y sus delicias QUIEREN leer YA la entrevista a Jackson. Besos deliciosos


BERTU

Anónimo dijo...

¿HAS CANVIAT DE TELÉFON? T´ESCTIC BUSCANT. TRUCAM SI US PLAU, SÒC LA YOLANDA