¿Y si todos hiciéramos lo mismo?

Obra de Karim Aducchi

Ayer, en el buzón, otro papelote de una multinacional de las luces y los gases, en los que te enseñan a ser pobre sin no joder al planeta. Dos por uno. "No ponga la lavadora a las cinco de la tarde" y mas cosas de muy necios.
A las cinco de la tarde, en mi barrio y en su casa, no hay nadie. Los críos con las madres, las semanas al sol, o los que no tienen mas remedio que meter la cabeza bajo la sábana. ¿Ustedes creen que nos va a dar por derrochar la energía que nos cobran tan cara? Dejen de ofender y mandar panfletos a todo color, que cuestan una pasta. Ahorramos para "jartarnos" de comer, de beber, de escuchar música, de charlar, de... No sigo, la vulgaridad es suya.
La verdad es que no ahorramos porque no podemos, pero si juntamos cuatro duros los derrochamos para vivificar el planeta con las alegrías que segregamos. Manden al paro a su jefe de marketing y dejen de educarnos. Hay mucho más.
Ayer tarde, me apeé en la parada del metro de Diagonal. Después de dos días en los que he permanecido enclaustrada en casa escribiendo ( sin poner lavadoras por la tarde) fui a gratificarme el alma y la "sin hueso" con un ángel moreno.
El primer mensaje que recibí al entrar en el mundo "real" fue a través de los altavoces de la mencionada estación. Una voz exultante que decía: "Qué bien que usted viaje por las entrañas de la ciudad. Le felicitamos. De haber viajado por arriba y en coche, habría contribuido a aumentar las emisiones de CO2 en un no se que tanto por ciento. Gracias a usted, hay un niño menos con asma, un cáncer de pulmón que no será y tres geranios que seguirán floreciendo..."
Simplemente, aberrante. Podría construir un discurso mas entendedor alrededor de esto, pero no me da la gana. Estoy harta de tener que deshacer un camino que "ellos" caminan como Pedro por la suya.
El precio del metro lo han subido un dos por ciento en pleno mes de Julio. De entre todos los motivos que aducen para esta subida a destiempo, cuentan con una formulada a modo de coletilla, de los que algunos "ilustres" tertulianos y columnistas de la columna vertebral del despropósito alienante, se han hecho eco: " Sr. Viajero; si usted paga mas es por culpa de los que cuelan." Lo terrible es que hay quien se lo cree. Viva la solidaridad. Matémosnos entre nosotros con el veneno que ellos inoculan. Así comienza todo lo malo.
Como usuaria que soy del entramado subterráneo barcelonés, he presenciado en mas de una ocasión lo que ocurre en un vagón cuando entran los vigilantes de seguridad, -que casi siempre son cuatro, mas el perro con el bozal (a lo Enid Blyton, pero en cutre y fosforito) y se ponen a pedir billetes. Si hay algún joven que se ha colado, se baja, cambia de vagón, les burla, pero ay!; si pillan a un inmigrante sin billete se crea una escena vergonzosa. Le hacen bajar del metro, le rodean en el andén. La gente se pasma y hace coro. Los lamentos, las órdenes y las murmuraciones se elevan hasta el grito, como si el Palau de la Música y los catalanes con la hoz fuéramos a Millet. Desolador.
Ignoro el criterio que los de los Transportes Metropolitanos, siguen para escoger el personal, y que directrices de trabajo les dan para realizar una tarea tan ingrata (los habrá que se lo pasan pipa) pero me temo que habría que re-educarles a todos. Mandarles papelotes, recitarles mensajes con voz exhultante y sobretodo, recordarles que son vigilantes de seguridad de un metro de una ciudad cosmopolita en un país democrático y que sus delincuentes solo han dejado de pagar 1 euro con 45 céntimos, que muchas veces no tienen.
El colofón, siempre lo pone el listo tonto y apaleado con gusto, que dice "¿Y si todos hicieramos lo mismo?" Preguntas yermas para diálogos imposibles.
A mi me han pillado unas cuantas veces. Con billete, claro. Ya no salto los cien metros vallas. Y si no tengo prisa, les distraigo. Si me hablan en castellano, les piden que lo hagan en catalán. Para joder. Abro el bolso y "no encuentro" el billete,a aunque casi siempre es verdad que no lo encuentro. Busco y rebusco, miro y remiro y cuando el jefe de sección ya me pide el nombre y el apellido para multarme, sale. Depende de como me pillen. Un día en que llevé a cabo esta artimaña de distracción (casi siempre hay unos ojitos implorantes que relucen en el vagón implorando piedad y que pase el tiempo volando) el mandamás de los cuatro y el perro con bozal, me dijo: "No se preocupe, Sra... Ya se "ve" que usted ha pagado."
Lo que, según sus principios, me debía tomar como un halago, lo tomé como es debido. "¿Cómo que se "ve" que ya he pagado? ¿Cómo sabe usted que he pagado si no le muestro el billete? ¿Usted cree que he pagado porque respondo a los cánones físicos de la etnia local? Acabé pidiéndoles el nombre a los cuatro y al perro del bozal ( que no me dieron) y fui yo quién hice la denuncia al Ajuntament.
La pena es que siempre vamos con prisa, para poder pagar las facturas de las luces y los gases; y no siempre actuamos como debiéramos en cada ocasión. Y que resulta un hartazgo tener que desandar todo el rato el camino que ellos transitan como si el mundo fuera solo suyo. Con lo bien que nos lo pasaríamos si sólo nos tuviéramos que ocupar de vivificar el planeta con el pinchoncito de la libertad entre las manos.





















3 comentarios:

Anónimo dijo...

Magda, enhorabuena, me alegra leer este blog. Yo a partir de ahora les voy a retorcer el billete too...
tu amigo julio redondo

Anónimo dijo...

Joder Magda.....es colosal.

Muas.

Àngels Pérez.

Mariano Muniesa dijo...

Hola, Magda.
Hoy más que nunca, contigo y con todo el pueblo de tu país, Catalunya.
Una forta abraçada.
Mariano