Los personajes del saxofón


    
En el Metro de Plaza Universidad hay un hombre que toca el saxo. La acústica no es buena, pero el sonido se expande por las bocas abiertas del subterráneo y causa una sensación como de banda sonora.
Me gusta mirar a la gente cuando el sonido del saxo ( el tipo toca muy bien) ya se les ha metido en la cabeza ( siempre hay quién sigue pensando en lo suyo, quién no se abre) y entonces cambian la forma de caminar, hacen movimientos mas lentos o mas vehementes, como si les estuvieran filmando, como si se sintieran en el principio de una película, la suya, la de su vida, cuando aparecen los créditos.
Los mejores son los jóvenes cuando van en pareja porque se besan con deleite y a cámara lenta. Sobretodo, ellas.
Los jóvenes ya tienen experiencia en esto de mirarse al espejo y ensayar gestos. Empiezan a lidiar con la vida, vida, e inventan su personaje.
Me acuerdo de lo mío y de los "mios", cuando no teníamos mas de quince años i no en sabíem més, que canta el sabio.
Nos reuníamos con la pandilla en la Granja Plà de Igualada, que debió construir un arquitecto terapeuta de choque para que los pre adolescentes perdieran la vergüenza y se situaran rápido en la vida y en el trabajo, cuál lema de la ciudad de viva la producción. El caso es que el lugar era alargado y hacía las veces de atajo para atravesar de la Rambla a la calle paralela y tenía asientos como compartimentos de trenes sin cerrar, lo cual dejaba una pasarela a la vista de todos, sobretodo de los que nos sentábamos al final, uno sobre el otro y cada uno al lado de cada quién.
Si llegabas antes que tu moreno ( hablo de mi caso) podías ver a las chicas y chicos de tu edad al entrar, unos cómo diciendo tierra trágame, trágame o haz que vea donde están mis colegas ya mismo, que me voy a convertir en una mancha de aceite, a otros marcando paquete, a unas sonrojadas y a las demás repitiendo los gestos y los meneos de delante del espejo.
Si hubiera estado mas atenta o hubiera aprehendido en el interior mas interno todo lo que vi entonces, no hubiera necesitado tanto tiempo para entender y entenderme (sic) porque allá estaba sintetizado todo (o casi todo) lo del comportamiento humano, aunque por mucho que lo hubiera aprehendido, me hubiera seguido impresionando el devenir de los distintos sujetos en el mundo, mundo, mas allá del guetho de acné y hormonas saltarinas.
Mas allá del baile de debutantes.
Con el paso del tiempo, y aunque hace años que no piso el sacro santo lugar de mi nacimiento, he sabido que los de la pandilla rival ( una rivalidad estética que duró poco) tenían entre ellos a un genio (Enric Miralles: D.E.P.) y, entre otras cosas, se han hecho, desde hace años, con la alcaldía de la ciudad.
Los de la pandilla rival eran muchachos mas bien tímidos, que pasaban la pasarela ( valga la redundancia) mirando al suelo.
Por lo que respecta a "nuestra" pandilla, en la que imperaba la chulería por encima de la cautela y aparte del Carles Elmeua Comediants, músico genio que a veces nos visitaba, los demás, estamos perdidos por los mundos de dios. Pura y dura historia local y nada mas. Y eso que parecía que la música sonara mas fuerte cuando entraba uno de nosotros que cuando entraba uno de los "contrarios", e incluso creíamos que nos reíamos mas intensamente y que los otros eran unos muermos.
Toma aprendizaje y toma saxo, aunque ninguno de los "nuestros" habló nunca de hacer historia si no de hacérsela guapa.
A la que te pones a ensayar gestos delante del espejo o comienzas a relacionarte de una determinada manera, ya estás marcado de por vida. Puedes recortar las costuras de aquí y de allá, subir el dobladillo de la manga o quitarte la chaqueta, pero el traje ya está confeccionado.
Escoges a un chico tímido pero líder y un poco macarrilla, y de ahí al infinito; todo y todas, tímidos macarillas y líderes que tratan de pasar desapercibidos.
La entrada del metro de Plaza Universidad , cuando toca el hombre del saxo, es uno de los lugares mas bellos de Barcelona, donde recrear o exorcitar tu personaje y además cuenta con una doble función benefactora; si te vas con la música, la mirada no se expone a leer por aburrimiento las vallas publicitarias que dentro de poco, -y por las elecciones-, comenzarán a acecharnos con caras de tipos y tipas a las que ya me hubiera gustado a mí, ver como entraban por la pasarela de la Granja Plà siendo unos chavales, con un saxo sonando fuerte, mientras aparecían los créditos de su primera película.




PD: Entre los "insignes" de nuestra pandilla me he olvidado del dulce David Valls, gran diseñador donde los haya y de Rosanna Sugranyes que se fue de este mundo dejando el eco de su risa, yendo y viniendo de las Ramblas al departamento del tren.

1 comentario:

Viviane Vives dijo...

anda que no le hubiera gustado a MJ conocer a EM, oye y la Pinos? que a el le ape!!! A ver si venimos, collons... nena que aqui es primavera!!!!