Autereferencial y humilde

                                    



Que no voy a ir, nena, que no. Que yo no voy a cenas con enunciados. Y además, al cabo de un rato, tus amigos se me hacen insoportables ¿Te acuerdas que la última vez tuve que abandonar una casa porqué me encontraste sin aliento entre dos egos? Sí, vale, estuvieron muy amables, faltaría mas, pero la que me desmayé fui yo. Ni bajada de azúcar ni son cubano, fue un desvanecimiento por ahogo y compresión. Lo confirmó la médica, que era la mujer de uno de los que me apretaron el abdomen. ¿Que se han vuelto mas humildes con los golpes de la crisis? La gente no se vuelve humilde así, de un día a otro. Una cosa es que estén "cagaos", por decirlo fino y muy lírico, pero la humildad no es una fiebre, sino un herpes, porque el virus siempre está ahí.
Pueden estar menos predispuestos al betún y hasta es posible que la lengüeta de sus mocasines esté mas caída de lo habitual, pero seguirán siendo los mismos. Pues claro que juzgo ¿No eres amiga mía? Y claro que tengo prejuicios y se lo que no quiero, quién me gusta y por quién me volvería loca.
Los humanos, -estoy en el plural y en la condición-, somos lo que somos y a las que nos da el sol durante mucho tiempo, volvemos a mostrarnos, nos vamos sacando ropa.
Tu sabes lo mío y este blog también. Lo de mi ruina, lo de la caída.
Siempre había sido bastante humilde, pero tenía un punto vulnerable, un punto chulo, un punto impulsivo, un punto TDA, y un punto descosido. Ahora estoy igual que antes. No soy mas humilde; sólo tengo mas memoria.
Si me da el sol me crece la auto estima. Para lo bueno y para lo malo. Ahora estoy en vena. Escribiendo sólo voy tirando, me falta el guiño. Y la auto estima, mona, cara mico y muy digna. Por eso te digo que la humildad no es un bluff.
Hace siglos cuidé a una persona con una depresión del copón bendito que se volvió alfombra y yo le daba el ale-hop todos los día; por delante y por detrás. El aro circular . Un amigo me decía que aquello no acabaría bien. Le tenía manía a la depresiva o no la cagaba, que dicen los italianos, también liricamente ¿Pero a ti, quién te caga? Aquello no acabó ni bien ni mal, porque cuando uno se hace alfombra en exceso, es que se hará castillo por defecto. Y así fue.
El ale-hop, el juguete, el aro de chatarra, me lo quedé yo. A veces lo uso para sacarme al enano que se me abrazó a la cintura cuando fui yo la que anduve baja. El enano cabrón va perdiendo volumen pero aún no me siento como me gustaría.
Pues claro que lo voy a escribir en el blog ¿Acaso crees que me darán el Ondas del corazón abierto si escribo mis cosas en la red? Nadie me denunciará ni ligaré mas, así que escribo cuanto me apetece. Llega una edad, o mas que una edad, un estado de ánimo, en que poco te importa lo que parecía importante. La delicadeza, sí, nena. La delicadeza, siempre. Y la falta de ella, también. Depende de lo que se te ponga por delante.
A lo que íbamos, que no voy a ir a cenar y menos con el enunciado de la decepción ¿Hablar de la decepción social a la hora de los postres? Esto solo se le puede haber ocurrido a un sádico previsor. Y los sádicos no son humildes. No, deja, no puede ser. Es como guardar en un mismo sitio la bisutería y los calamares frescos. Que no, que yo me quedo en casa currando. Luego saldré a andar, intentaré llamar, lo echaré a suertes y mientras pienso si llamo o no llamo, veré a mi madre que me da alegría, aunque lo primero que hace después de saludarme sea tocarme la barriga y decirme: "Estás mejorando, pero todavía te falta..."
Lo dice por el enano y para la humildad.

1 comentario:

Txema Anguera dijo...

Bonet, eres como el buen vino.
En mi humilde opinión, claro está.