Sagradas familias


¿Os imáginais que debe ser para un individuo que me invento, pero es mas que plausible que exista; de haber trabajado toda la vida dale que te pego para poder comprarse un pisito cerca de la Sagrada Familia (el templo diseñado por Gaudí) que tanta ilusión le hacía tenerlo; y cuando esperaba vivir una vejez tranquila, de pasar las tardes de otoño leyendo tras los cristales, deteniéndose para ver como avanzaban las obras de las torres, haya llegado una legión de bestias a jugar al lego con su piso y con el templo?

Al hombre se le habrá puesto la lírica por corbata y debe pasarse el día entumecido de sedantes, hablando con el portero y los vecinos, leyendo periódicos, contrastando informes de ingenieros que no entiende e imaginando como será el día de su apocalipsis ( new )
Lo cuento desde la perspectiva del vecinal mundo, porque si lo cuento desde arriba o desde los diarios, directamente me entra vértigo. La verdad es que hubo un momento de todo este proceso de la Sagrada Familia, en que me desinteresé y sólo leía los titulares de los periódicos, mas que nada porque carezco de tiempo para saber de todo y saberlo mal y me parecía un nuevo joc d´ous de la pela nostrada.
¿Y una nueva gárgola con la cabeza de Millet? Llámame populista, ciudad de Barcelona, pero mira que tú, tras las apariencias, vas haciendo historia.
Si no bastara con el despropósito del templo de la Sagrada Familia, ahora, a los asuntos de dios, se le suma la visita del Papa. Sumando los dos factores, el menos sagaz, puede hacer un chiste demoledor. Pero el asunto, los asuntos, son serios.
Lo del Papa ( lo pongo en mayúsculas para honrar al mío, que con lo que era, capaz sería de bajar a cantarme las cuarenta) es muy desagradable y nos sobran las razones. Incluso hay un grupo de cristianos serenos de la ciudad, que ya lo esperan para hacerle llegar una carta o un boreau fax o un algo y decirle que ya basta de boato y de escarnio al discurso de Cristo.
Al enano malo se le sublevan las bases, pero lo mas increíble es el último driver del vaticanal mundo, una jugada de marketing como para sonrojar de vergüenza ajena a todos los pobres cristos de escayola.
No se les ha ocurrido nada mejor que beatificar a una monja que denunció a un cura pederasta. El chiste lo han puesto de nuevo, a huevo, porque de los tres milagros que se le suponen a un santa para serlo, la pobre monja humillada y descalificada desde que dijo lo que había que decir, ya tiene, fijo, uno: el mero hecho de haber conseguido morir de muerte natural y no con "sus" manos en el pescuezo.
Estamos yendo tan, pero tan para atrás, que al prota del cuento de Monterrosso le puede llegar a pasar que abra los ojos y el dinosaurio todavía no haya llegado.
Juntarnos para ir contra "ellos", nos va bien a nosotros para poder evocar por un momento aquellos tiempos de bonanza personal y lucha social, antes del atisbo de las americanas de doble forro.
Mientras tanto, la Sagrada Familia aguanta como puede los movimientos sísmicos que le provocan. Que no caiga, que los dioses y los humanos buenos, no lo quieran, pero si ha de caer, el menos sagaz, le puede dar una macabra idea al desprendimiento.
Barcelona hospitalaria sumará medidas de seguridad a las medidas de seguridad Papales. Habrán cuatro que conseguirán romper la cinta y tirar un exabrupto, pero lo jodido es que no se vislumbra quién será y para cuando será posible, poder cortar de una vez por todas la línea de la meta del fausto religioso y los intereses egoístas del hombre, para que al fin pueda vencer la placidez de la vejez, la madurez, la juventud y la infancia de todos los miembros de las sagradas familias nucleares. Amén.



































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