Collage sobre Octubre que ya pasó



Cómo es ingeniero naval, capitán de barco, capitán de puertos, guitarrista, rockero, sabe que todos venimos del pez y quizás por eso, porque lo sabe muy de adentro, porque conoce a los peces, a los loros y a los seres humanos, disfruta (como no podría ser de otra manera en un hombre de mar) como pocos, de la amistad.
Yo ( ya vuelvo a hablar de mí. Los que me leéis ya sabéis de que va y los que no, bueno, no es nada como para realizar ninguna investigación) que me había apuntado a una terapia moderna de cepillado de cebras de paso de peatones para bajar mi intensidad emocional a través del trabajo repetitivo, estoy, desde hace un tiempo, y gracias a Alfonso, cantando todo el día la canción de Fito Páez, aquella tan bonita de bello estribillo: "¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a entregar mi corazón."
El otro día, en su casa, me encontré a una "ídola" de primerísima juventud; a Paz Canals, la que fue mano derecha de Gay Mercader en los primeros conciertos de rock, que eran muchos y casi siempre en el Pabellón de Deportes de Badalona. Los rockeros del mundo, o al menos los de Barcelona y Madrid, sabéis de quién estoy hablando. Era un tiempo en que todos mis amigos eran jovencísimos y Paz andaba de aquí para allá, cabreándose con Lou Reed o acompañando a los Rolling Stones. Yo, que por entonces empezaba a colaborar en el Popu, no siempre tenía entradas para los conciertos. Si no lo cubría, no había papel de acceso. Y aquí llegaba Paz, porque a Gay no se le veía el pelo hasta acabar los conciertos. A Paz había que darle mucho la vara para que te diera una entrada (éramos unos cuantos y siempre los mismos ¿Verdad Loquilloooooooo?) El caso es que ella siempre comenzaba diciendo que no daba nada  y preguntando y exclamando a la vez un ¿Por que no os vais a dormir? nada dulce, pero siempre  acababa por colarnos a través de cualquier túnel de acceso.
Me encantó reencontrarla. Está divina físicamente y ya no le queda aquella acritud de productora agresiva lidiando con descerebrados. Ella me reconoció que nos veía como unos niños pesados. Y que en Madrid, los pesados, eran Alaska, Berlanga y el gran Bernardo Bonezzi, a los que también recordaba como para dar el biberón en lugar de estar fuera de casa por la noche.
Bueno, esto son anécdotas de la abuela que alegran a la abuela ¿Qué queréis que os diga? Tengo ganas de reencontrarla en breve y hablar mucho con ella y con Alfonso.
Paz también se ha convertido en un brazo de mar y ha aprehendido, como su amigo y mi amigo Alfonso, que todos venimos del pez, quizás por eso, parece que nada de lo humano les sea ajeno a ninguno de los dos. No es sólo una frase ni un vitoreo. Hay una hondura en sus palabras, una profundidad en sus miradas, una risa que estalla y vuelve a estallar y se dispersa, que les confirma como grandiosas personas y además, para goce personal, en lo mejor que me ha pasado este mes de Octubre, que como todos los meses de Octubre ( ya acabó) son crueles y me evocan un poema que escribí (NECESARIAMENTE)  unos años después de darle la vara a Paz, cuando ya entrábamos a los conciertos por méritos propios.
 El poema, del que no logro acordarme para bien transcribirlo, era para un chaval que también iba a todos los conciertos, que venía del pez, que era intenso y quiso abastar la inmensidad del mar. Nada como para realizar una investigación. Una historia común en las historias personales de todos aquellos que necesitamos terapias de peinado de cebras para rebajar lo del querer, si es que se puede y si es necesario, que todavía no lo se.

(Este post va por Dani Navarrete, que era un punki aguileño y llevaba gafas de no ver y al que he reencontrado por el féis cuando Octubre del 86, acababa de pasar, cómo este del 2010. Por fin) 

1 comentario:

Mariano Muniesa dijo...

Te alabo el gusto de poner esa lengua stoniana para decorar tu entrada en el blog, y te felicito por este recuerdo. Ahora, fíjate que he hablado con Gay sobre aquellos tiempos cientos de veces, y nunca me habló de esta chica...Seguro que estaría con los Stones en el 76, ¿no?
Me interesa mucho ese dato.

Sigues teniendo un blog más adictivo que un vermut en Grácia los domingos o que los cubatas de J&B cuando veo los partidos del Barça o del Atleti. Sigue asi, Magda, eres cojonuda.