Escandaloso

                                                                        De Esteban Villalta

Esta mañana, al salir de la trinchera de la cama, incluso antes del aseo y del desayuno, al abrir desde la red, la sección meteorológica del Periódico de Catalunya he tenido un pasmo. El diario hablaba de la ola de frío siberiano que se nos ha posado encima, advertía que había que desalojar los colegios, dar techo a los sin techo, dejar los coches aparcados y mantener el alma en vilo hasta nueva orden porque, y cito textualmente, “las temperaturas pueden llegar a ser de escándalo.” Toma lírica de pijo exhalado y perturbador en toda la frente y a modo de buenos días.
El frío de afuera, que es bastante, con la nieve en las colinas, los niños en casa, los abuelos asustados, los virus aplaudiendo, el pavor desconcertando y los maledicentes atolondrando, es proporcional al frío al que las almas se ven expuestas durante estos últimos tiempos, dejando de lado, faltaría más, las almas calientes por las que tanta gente ha de arder y trabajar.
Desde que aquella santa post victoriana nombrara lo de la habitación propia, nunca, al menos en los años que componen mi biografía y de un modo tan escandaloso, han ido desapareciendo las habitaciones propias de las casas humildes de un modo proporcional a los robos que los poderosos van perpetrando mientras lo son. El escandaloso plural nos conduce a poder generalizar, de modo que el límite entre lo dogmático y el dogma, otra vez se lo han saltado ellos pero el dedo nos sigue señalando a las lenguas de a pie de calle.
Con lo del frío, los chicos de Protección Civil están haciendo un buen trabajo. Nos meten en nuestras casas y a poder ser debajo de la cama. No es fácil acostumbrarse a sentir que quienes nunca han velado por ti lo hagan con tanto esmero y solo porque esta vez el grito llega de Siberia. Con el buen tiempo volverán a intentar echarnos a patadas de las casas.
Es triste darse cuenta que sólo las inclemencias de la naturaleza nos hermanan. Cada vez que la pobre madre tierra agonizante se subleva, se oyen sus palabras: “Sólo os tenéis a vosotros. Ya os lo montaréis”. El escándalo es enorme, pero contemporizando y volviendo a lo de esta mañana en el Periódico, abogo ante la dirección del diario a que cambien inmediatamente de sección a quién haya redactado el informe sobre el efecto del frío en los huesos y lo pongan ya mismo al frente de la sección de economía ( una sola tajada de desolación confusa en toda la frente) si es que el tipo es incapaz de discernir los límites entre el frío del cuerpo y el del alma, como me pasa a mí ahora mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ola de frio siberiano, ola de frio polar = a lo que siempre se le llamó INVIERNO.
Pepe Anta