Urge el escrache



Creímos tocar el sol y tocamos las llamas del infierno. Todos los fuegos queman como los demás, y tu aún saltando a la comba, musculándote. Dale una alegría al cerebro, majadero.
Cuando me meto contigo no me meto conmigo y ahora no es cuestión de ponerse mucho en entredicho, más que nada porque arruga y si nos arrugamos nos pillan y nos tiran por la borda. Hemos de ser fuertes y darle a la alegría como quién le da al manubrio de la producción en serie.
Recuerdo un día en que Pau Riba entró en la casa y exclamó ¿Pero quién ha puesto un elepé a 45 revoluciones? No era un disco lo que sonaba, era Nico ensayando con el armonium. A Pau Riba le gusta hacerse el tonto porque así es el otro quién se descubre. No le importa que le llamen abandonao.
El año pasado actuó en las fiestas de la Mercè y no fui a verlo pero me encontré a Alejandro Molina, el único héroe de papel de tebeo que tiene vida propia en Barcelona, y le comenté que Pau había enseñado la polla todo el rato, actuando, cantando. Lo supe porque las habladurías se centraban en estas cosas y yo no hago le hago asco a la humanidad mondongo puro cuando esta me pilla corriendo. Alejandro me respondió que la polla de Pau ya la habíamos visto muchas veces.  ¿Y la música? La música siempre está de fondo, sobre todo en las fiestas mayores. Es lo que pasa. Muestras una cosa para que no pase inadvertida la otra y al final lo primero que muestras es lo que se mira más. La mirada se fija a la primera opción. Hay que ver que pocas ganas tenemos de cambiar el mirar, el pensar.
Desde finales de los setenta, en que salí al mundo, muy pendeja, muy pequeña y muy pauriba, que estamos trotando a lo cangrejo. Los hay que avanzan, sí, pero qué difícil se les hace avanzar sin dejar de mirar lo que no importa.
Entonces no lo mostréis, dicen los que dicen que se duchan con el agua fría de haber hervido la verdura de la noche anterior. En catalán, Montoro se podría traducir por “Mi toro”.
Estos tipos tratan de inmiscuirnos en sus problemas por el mero hecho de existir. Y si no te inmiscuyes en ellos, te los crean. Son unos depredadores y encima ya no dan para el chiste, lo trascienden. Cuando alguien o algo transcienden el chiste es que hay que armarse una buena trinchera.
Nosotros escrachamos y ellos escacharran. Como a Pau Riba, no nos importa que nos llamen abandonaos, pero nos importa mucho pensar que podemos morir sin haber señalado al asesino. El asesino eres tú y bien que lo sabes. A tus hijos los traumatizará el iceberg de los números, los dividendos y las ecuaciones, los míos van a cole con los pies descalzos.
Pero no estamos aquí, delante de tu casa, para hablar de hijos, estamos aquí para hablar de ti. Para llamarte por tu nombre. Claro que tú no viniste a mi casa a escacharrármelo todo. Los serviles hablan por ti. Los brazos del pulpo son alargados. Y tú quieres que mire el brazo del pulpo para que no te vea a ti, al revés que Pau Riba, que enseña la polla para que no se la tengan en cuenta. Para que trasciendan el gusano dormido de las entrepiernas machas todas.
Pues entonces que no la muestre, dicen los que dicen políticamente correcto y  no saben de qué hablan.
Hace falta. Lo digo yo que tengo un toro, que no es ministro ni es servil y porque me han escacharrado a nivel particular, con el apellido traducible, sin dar la cara, con los serviles del pulpo para que os quiero, y  toda la mandanga agresiva silenciada. Procede señalar.
Escrache versus escacharre.
Como procede señalar quién coño a puesto un disco a pocas revoluciones cuando ensaya una incendiaria incendiada.
No sé qué me ha llevado a poner a Pau y sus atributos como parangón de esta hipocresía hiriente que nos rodea. La ecuación se resuelve por sí misma.
Escribir de corrido no es alcanzar ningún cénit. Escribir de corrido es mirar para ver.
Los surrealistas hacían trampas con esto. Decían que le daban una alegría al vómito macarena y si acertaban con algo se quedaban fascinados por su propio ingenio.
Es un alivio descargar sobre los que ya no están, pero es una necesidad descargar sobre los culpables de un mal rato no paga una vida de mal rato todo el tiempo.


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