Living to celebration

Ilustración del archivo de Dominike Liaño, titulado: "!Quita, pesado!"
Durante el día de hoy y la pasada noche, en la Europa unida living to celebration ( y otros días y noches, según los países) prohiben a los ciudadanos con excedente de tinta y tiña, pintar bigotes a los tipos que aparecen en los carteles pidiendo un voto (un voto nada más y le adivino el porvenir) para las elecciones europeas, pero pones la tele y te bombardean con información de periodo de reflexión al traste.
Entrevistan a gente de barrio periférico (llamar a un barrio periférico, humilde, es un colmo de colmos) subrayando el catetismo, pintando bigotes a los mismos (todos) a los que hasta ayer pretendían halagar con zalamería ( Sin tí no soy nada) y de este modo animar a los indolentes que se cree muy listos, a aferrarse al DNI, salir a la calle e ir al cole en fiesta de guardar.
Si esto es una democracia, juguemos en democracia. Si no se puede comer carne, gambas para todos. Si yo no puedo pintar bigotes, tú no me los pintas a mí.
Lo mismo en el amor. Si todavía me quieres, currátelo. Si no me quieres, olvídame, pero no me llames para liarla. No juegues con mi soledad.
No juegues con mi soledad es una balada bellísima, menos los arreglos, de un dúo de muchachos cubanos, cuyo nombre no consigo recordar ahora y del que informaré en breve, porqué vale la pena.
Mi perro me pregunta si puedo hablar de tinta y bigotes en un día cómo hoy. Le recuerdo que él ha visto la tele los mismos tres minutos que yo, y de repente se pone a aullar como un loco. Mi pero no aúlla por los pipís can de estrellas azules, si no por los indígenas del Perú a quienes quitan las tierras (jugando con su soledad) que también lo hemos visto en la tele. Tanta mierda en los tres minutos que dura una canción.

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