Monotema


No te ama. A veces se hace difícil aceptarlo. Primero es la pena: ¿Porqué no me quiere? Después el orgullo: ¿Pero quién se habrá creído que es para no morirse por mis huesos? Tú ya no sabes donde estás. A veces hablamos de cualquier cosa. Ayer, por ejemplo, decíamos que si vuelven o no vuelven las hombreras y el horror de los cuellos cortos y de pronto soltastes: " ¿Que será de ella sin mi mano en su hombro? Lo dijiste bajito para no aturdirme con el monotema. Te miré. Y vi como te salía fuego de la boca. Una hoguerita de belén. Poca cosa. Me prendí el cigarro y repetí en todos los bares de la noche.
A veces te salían estalactitas de hiel de la boca. Créeme que dabas miedo, pero cuando rememoraste el tiempo de alegría que pasásteis juntos y se lleno la barra de confettis de colores, fue todo un lujo.
Hablar con una amiga es un buen modo de olvidarse de los males de amor, pero al tercer bar que visitamos, me pregunté si estaba actuando bien dándote tanto pávulo y de pronto te dije, -sin ensayar ni nada: "Hazte a la idea de que no te ama. Cuanto más tardes en aceptarlo, mas tiempo habrás perdido."
Me miraste con cara de nada, me miraste con ojos de sin rostro y te pusiste perdido con la lava que salió de tu boca (huracanada, estrepitosamentmente)  antes de tomarte la cerveza que habías pedido.
Suerte que estábamos en el Margarita Blue y Emma se hizo la loca desde el otro lado de la barra. Yo le dije que me acercara una bayeta.
Ella dijo: "No te preocupes. "La lava enamorada tanto viene como va".
Estar detrás de una barra da mucha inteligencia emocional. Aguantarte a tí es un deber de la amistad.
 A las cinco de la mañana me dejaste en el portal, parecías mas contento y pensé que había vallido la pena pasar tanto frío, monólogos y  risas, pero así que salí del coche tuve que tomar un taxi;  me habías dejado delante de su casa.
Tonta yo, también, por no  haberlo advertido, Cuanta mayor es la osmosis mas hay que protegerse. Esta mañana me has despertado cantando.
He sabido que eras tú quién llamaba, porque la A de Nokia ha caído al suelo con la vibración y el timbre.
La A de amor perdido. Y me has contado que durante la noche habías pillado una borrachera de órdago y dolor; con quién ni te acordabas y que sí sabía que lo habiaís dejado, que quizás no te amaba...