Envidia cochina de una amiga divina

Ay nena, tu estas loca. No deberías ir. Y menos a estas horas. Si al menos te invitara al Amazonas, pero solo es un pisito que da al mar de Badalona. Y luego, ya verás. Volverás a prenderte de su sueño, a rodar por los días con mensajes, buscando otro lugar donde encontrarle. Perdida en sus mechones te has saltado los reglones, pero tú sabrás si vale la pena que te bese, si luego te brilla la melena y te nace una sonrisa por encima de la vieja. Qué ganas tienes de liarte, con lo bien que estás tu tan tranquila, paseando a la perra de tu niña. Y perdona si te ofendo pero digo lo que es cierto. De haber pillado un perro la chiquilla, al conjugar no saldría la malicia. A cierta edad, lo mismo pasa con los hombres; todo empieza muy bonito, pero si lo dejas te quedas sin prestigio y fuera de la vía del camino. No soy yo quién pienso eso, -he encabezado muchas manis feministas-, pero hoy día se impone el retroceso. El sexo por el sexo lo inventó el capitalismo. Lo de amor lo dices por defecto. Haz lo que quieras, amiga, que yo estoy muy bien con mis cazuelas. Juntando libros y buscando cremas. Pero no quiero verte sola en la cantina, esperando que vuelva todo un día, leyendo poemas de Cernuda. No vendré a hacerte compañía y se te volverá a poner la espalda como una avenida transitada, de cualquier ciudad cosmopolita. No, no vayas, hija, quédate en casa mirando musarañas o escuchando un disco de Mishima. Por el amor de todas las mujeres, por el timbre que llama cuando quiere, pero ¿Que te voy a decir yo (precisamente) si hasta hace unos días me prendaba, por aquél que me contaba las pestañas?: “Si acierto, me quedo ahí donde me digas”, me espetó el muy bruto una noche, en que no sabía que era a mí a quién tenía. Y le dije: “Vale, pero empieza por contarme los dedos de la mano y luego sigue el corazón como se empina. Cierra la puerta, cuídate del tránsito y la meteorología.” Yo soy así, chica. Y bien contenta. Desde aquél día no ha tenido torso que me apriete más que el bolso, con la subida del IVA y el despojo. Si dibujas un cuenco en las palmas de tus manos, verás si se llena o se vacía. No hay razón para perder el quicio detrás de un tío con oficio de roquero. ¡Si no le da ni para cobrar minusvalía! Por mucho que se pose la luna en su cintura, terminareis los dos en la estacada, un bosque hostil donde no cuecen habas. Tu verás, pero yo te digo lo que pienso y si te has de ir déjate este vestido puesto, que cuando lo ríes pareces una cría y los ojos te hacen chiribitas. ¿Qué si te tengo envidia? Para nada. Yo me quedo con la Mónica Terribas, que hoy entrevista a Zapatero, delirando en un sendero más adusto, de soledad compartida con un pueblo, lo cual es mucho mas altruista que darse maquillaje en baño ajeno. Ven que te haga la raya mas profunda. Y más larga. Te llegará hasta el cielo. Así parecerás un cometa volando sobre el mar de Badalona y él te podrá anudar a su guitarra. Cuando suene el do, le saldrá tu cara. Vete, que empieza la Terribas. Que ella me salve de no llamar al calvo. Por los clavos del pueblo, la crisis económica y la sanidad en USA, quita de mí este teléfono. Muérdeme, gato, si me muevo.

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