Adiós, Raf, adiós Banda Trapera del Río

Señores y señoras, desde el barrio de San Idelfonso ( también conocido como ciudad Satélite o ciudad sin ley), en 1976, se fundó La Banda Trapera del Río. Rock and roll en estado purísimo. "Avemaría" decían los bienpensantes y "avemaríapurisima" decían los chupi progres pre aburguesamiento letal, en una escena catalana de la transición política, donde la identidad era una, “o a ti no te conozco, pero que amigos somos de los xarnegos si se comportan como nos”.

Los primeros punks de la ibérica geografía, que no sabían ni que existía la etiqueta, fueron los traperos desde su marginalidad y su discurso precoz / procaz y sus cuentos en forma de canciones: “Nacido del polvo de un borracho y del coño de una puta”.

Había quién, sin escucharlos, ya decía: “Estos chicos están demasiado influidos por lo anglosajón. No tienen discurso propio.”

Se equivocaron. Había discurso y método. Lo sigue habiendo. El tiempo pone a cada cual en su lugar.

Y el tiempo, con su maldita e indomable muerte, se ha llevado ( un martes y trece) a Raf Pulido, el batería que comenzó aporreando los tambores y acabó siendo un maestro de lo suyo, aunque era difícil que no destrozara nada aún estando en posición zen, tal era su energía y las cosas que tenía que contar, las cosas por las que había de gritar.

Creció sin apartarse ni un milímetro de sí mismo, y en los últimos años ( lo tenía bien merecido) vivió el placer y el honor de tocar ante miles de personas, que reconocían en la Trapera el grupo icono del barrio del mundo.

Tanto tocó, que hasta entre fiebre y mareos, cuando el fin estaba diagnosticado, tuvieron que arrancarle del sillín de la batería, en un ensayo abierto para un bolo que no se llegaría a hacer nunca. Se lo llevaron al hospital y ahí ha estado tres semanas: “Sin sufrir,- dice Morfi Grey) muy tranquilito.” Despidiéndose de todos sus amigos, de su familia, de su amor. Amor a los suyos.

La historia de mi ciudad, la que en casa tenemos en cuenta, se escribe con el paso por el mundo de hombres como Raf. Ni el tam tam mediático a petar ni el silencio de los cómplices.

Morfi Grey llora y está triste. Morfi Grey, el cantante, el amigo, el amo.

También están tristes los Stooges, Iggy Pop, Carlos Carrero, Gonzalo Carrero, Jaime Gonzalo. Los traperos de dentro y de afuera, los punks y el rock and roll al que tanto debemos.

Y Raf, ya en otro mundo,- del que solo podemos imaginar lo mejor-, deberá estando apañando unas birritas con su colega; el tio Mode. Birras como barcos donde poder botar en su espuma, como cuando siendo unos niños, La Banda Trapera toda se presentó en la redacción del Tele Expres, y después de que la recepcionista les dijera que habían de subir a la primera planta, botaron (también todos) hasta la última rama de la palmera que había en el vestíbulo. “Cuando lo quieren literal, se lo damos literal”

Unas risas y vivir para ver y aplaudir que la coherencia cuesta, pero existe.

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