TODO O NADA


Si supieráis cuantos folios he emborronado desde que el fascio ocupa los salones y ensalza a la diosa que no mira; lo fliparíais, que dicen los críos. He estado a un tris de cometer un  atentado ecologista, de modo que ahora no se si voy a hacer un mural con ellos o esculpir un gran supositorio, a la manera de las bolsas castañeras. Lo único que sé es que debo reciclar esta tristeza, que ayer fue desasosiego y ya va siendo ira.
Las cosas de la mente son muy raras, y el viernes por la tarde, cuando acabé de bajar las escaleras trás Garzón ( junto a mi abuelo, mi padre, los muertos vivos y los vivos, vivos) en lugar de clamar contra los fachas, el vacío del gobierno, los hurras de la oposición ( again sus patas) y la amenaza de los relojes parados; me dió por clamar contra el silencio indiferente y el desdén donde se ceba el odio y la ignorancia. Alguien que iba conmigo me paró los pies y la taquicardia: "Hoy celebran que el pueblo esté bien alienado. El capital, feroz, veloz y certera bestia para encumbrar egoísmos..."
No me sentía bien en ningún lado y me fuí a a mi casa a emborronar los folios, a sacar el polvo y a escuchar canciones (... un bon trau just al mig del cervell; Adrià Puntí, no saps com t´estimo...)
Pero cuando he amanecido esta mañana y he visto el paisaje de derrota, con los papeles tirados, la perra sacando el polvo, y el equipo de música murmurando, me he dicho basta. No es tiempo de desgranarse a solas. O somos muchos o no seremos nada.

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