Conversando con Michael Jackson


En una de las últimas entradas, conté que había mantenido una charla con Michael Jackson. Fue hace una semana, a altas horas de la noche, en mi propia casa y por requerimiento propio.
Venía de pasar una noche sola, -pero muy visitada y muy feliz de haber disfrutado de esa soledad que siempre me ha sido tan necesaria-; con la esclavitud amordazada en la calle y un helado de chocolate muy cerca.
Tengo dos frentes abiertos sobre los que escribir. Los dos me apasionan tanto como me atoran. En uno de ellos trato de sacar a la pista de baile a mucha peña de la generación Jackson, como yo misma.
Mientras el Rey del Pop duró en esta tierra tuve sentimientos muy contra puestos hacia él. Me gustaba su música y alababa su talento, pero todo la parafernalia de la que se rodeaba, me molestaba y fascinaba por igual. Fascinación ante el horror. Pero aquella noche, mis objeciones eran lo de menos. Necesitaba un interlocutor válido sobre donde tenía que apuntalar la historia de historias, sobre qué había pasado con algunos de nosotros, los que pertenecemos ( o pertenecían) a una de las primeras generaciones ( de otras tantas) que crecimos con súper héroes, influencias anglosajonas, balls de bastons, mitos, juguetes y doble capa de nocilla sobre el pan.
A aquellas horas de la noche no podía llamar a nadie. Sólo a Vivianne Vives, que vive al revés de Europa y encima es la única testigo, la única memoria de todo aquello y una de mis mejores amigas del mundo mundial, a la que le luce mil veces mas su poblado presente que el puto, yermo pasado.
Pero lo ensayé y me vi tonta:
"Vivi"
"¿Qué?"
"Estoy atorada"
"¿En qué?"
"Me da pereza contártelo todo"
" Invéntate un nuevo lenguaje y dímelo. Yo te entenderé."
"Me cago en la mar salada"
"No, nena, en eso no, que es de lo poco que nos queda."
"Quiero escribir una historia, sin mentar una parte de la historia."
"¿Como hacen los periódicos?"
"Ahí, ahí...Sí, sí..."
"¿Te has puesto cachonda?"
"Me estoy quitando la espinita que me has tirado."
"Cuidado. No se te quedé la punta dentro, que se infecta."
" Quería hablarlo con Michael Jackson?"
"¿Quieres que sea él quién te diga la palabra contra la que te revuelves"?
"Eso es..."
"¿Mitomanía?
"Glamour."
"Pues inténtalo. Si no lo consigues llámame de nuevo y te lo digo yo bien clarito."

Así que lo probé. Me quedaba un buen pedazo de fantasía y funcionó. Hay noches en donde todo está permitido, por eso no acabo de estar segura de como aguantará esta entrevista la luz del día; aunque, ya puesta, no debe importarme.
El domingo siguiente a la charla con el Rey del Pop, el País sacó el reportaje fotográfico de La Chapelle a Jackson. Michael se presentó a la cita vestido de arcángel, pero sin las alas, tal cual aparece en una de las fotos de aquella bella sesión..
De pronto le vi sentado en el sofá. Me pegué un susto. Le miré a la cara y pensé "Eres mas falso que el tabique nasal y la barbilla de Michael Jackson.". A partir de aquí se inició la conversación, la entrevista.

M.J.- La gente es muy mala y muy frívola.
M.B.-¿Porqué lo dices?
M.J.- Por lo que estabas pensando sobre mi tabique nasal.
M.B.- Son frases hechas sobre falsedades hechas.
M.J.- Cuando logras modificar la realidad; la realidad pasa a ser la que muestra el objeto modificado.
M..B.-Sí, en un sentido básico. pero tenemos la memoria. La realidad y sus múltiples puntos de vista.
M.J.- Mi tabique nasal no es falso
M.B.-Tu último tabique nasal no es falso en si mismo. Es recto y mira para abajo.
M.J.-Conocí a un tipo que se colocó unas cámaras en las fosas nasales y rodó una película.
M.B.-¿El moco como punto de vista?
M.J.-Siempre me gustó hurgarme la nariz.
M.B.-¿Con el último tabique nasal lo conseguías?
M.J.-Oh, si. Uno se acostumbra a todo.
M.B.- Qué bien que hayas venido ¿Quieres una Coca-Cola?
M.J.-¿Tienes Pepsi?
M.B.-No. ¿Sigues siendo fiel a tus sponsors?
M.J.- No, pero me siguen importando las finanzas.
M.B.-Una vez leí que los de la Pepsi se cabrearon contigo porqué bebías Coca-Cola en la intimidad.
M.J.-Así fue. Dame un vaso de agua fresca y clara.
M.B.-Es Viladrau. You know?
M.J.-Léeme la composición.
M.B.- Vamos hombre!
M.J.- Recuerda que estás entrevistando al Rey del Pop.
M.B.- Va, bueno. 27, 3 de calcio. ¿Mola?
M.J.- Mola
M.B.- Has hecho historia, tío. Esto es muy grande, no?
M.J.-Sí, me llena el ego. Tengo talento para esto, pero...
M.B.-¿Pero?
M.J.- No es suficiente.
M.B.- Nadie está contento con lo suyo
M.J.- Hay gente que sí. He conocido al Ché Guevara y éste está muy contento con lo suyo.
M.B.- Cuidado con él. Es homófobo...
M.J.-Ya no. Se dio cuenta que, de seguir siéndolo, la revolución no tiraría adelante.
M.B.- ¿Lo descubrió en el cielo?
M.J.- Él y yo no estamos en el cielo, cielo. Estamos en la sala V.I.P. del cielo.
M.B.- No me jodas.
M.J.- Ni lo sueñes.
M.B.- Hablaba de la sala VIP del cielo. Es horrible.
M.J.- No creas, las energías afines se pueden confundir igual. Yo he entrado a muchos a la sala VIP. Están encantados.
M. B.- Vamos, que en el cielo es al revés que aquí. Los hay mas dentro que fuera..
M.J.- Algo así.
M.B.- Te veo muy conformista.
M.J.- Me ves fatal. Nunca lo he sido.
M.B..- Al grano, yo quería conocerte como representante en la historia de una generación de melómanos, de peter panes y peces volando.
M.J.-No creo que te pueda ser de gran ayuda.
M.B.-Estoy atorada en una historia de muchas historias, que al igual que los mandamientos se resumen en una sola: la tuya.
M.J.- Creo que cualquiera de aquella fucking generation, con mi talento y la pasta que generé, hubiera hecho lo mismo que yo.
M.B.-Yo nunca me habría montado un zoo.
M.J.-Bueno, cada uno habría hecho lo suyo, según sus circunstancias. No olvides que yo tuve un fucking papá Jou que me daba unas palizas de muerte desde que cumplí los tres añitos. Los animales fueron uno de mis consuelos.
M.B.-Sí, vale, pero a los cuarenta ya no sirve cargar las culpas a papá Jou.
M.J.- El zoo lo monté con veintiocho.
M.B.-Eso es otra cosa.
M.J. Los mitos tenemos una ventaja sobre los humanos media. Podemos cargar a otros la responsabilidad de nuestras taras.
M.B.-Mira que bien.
M.J.- No tienes ni idea como el fucking de mi padre me arruinó la vida.
M.B.-Siempre llegamos a la infancia.
M.J.-Si quieres escribir sobre aquella generación de la cual yo soy el MAS y el MEJOR, deberás hablar de la infancia. De la suya.
M.B.- Me harta mucho. Mira hasta donde llego, que a veces, al leer una biografía, me salto el capitulo de la infancia.
M.J.- Esto no es serio.
M.B.- Ya, es como si quisiera reconstruir un tabique nasal sobre ningún rostro.
M.J.- Eso es, tienes que crear una realidad para sustentar el moco.
M.B.- El moco es la infancia.
M.J.-El moco es tu historia.
M-B.- Un respeto, guapo...
M.J.- El rostro es la infancia.
M.B.-¿Crees que se puede escribir sobre infancias morondas sin que resulte pesado?
M.J.-Deberás hacerlo.
M.B.-Lo haré, aunque sea breve. Gracias por venir hasta aquí.
M. J.- He venido porque me ha dado la gana.
M.B.-No ponía en duda tu libertad. Agradecía tu cortesía.
M.J.-Soy muy irascible y nunca me fío de nadie.
M.B.-De DIana Ross y de Liz Taylor, sí.
M.J.-Diana oh my love y Liz oh my confident
M.B.- A ver si Liz no tarda mucho en visitarte..
M.J.-Pero tendrá a Burton y los demás. Me sentiré muy celoso. No lo quiero ni pensar.
M.B.-No lo pienses.
M.J.- Me largo. Ya hemos deshecho tu entuerto.
M.B.- Deberías dejarme una cosa tangible, si no no se van a creer que hemos estado charlando...
M.J.-¿El tabique nasal?
M.B.- No, no, que me da yu-yu.
M.J- Jajajaja. Era broma y has picado. Jamás me separaría de él.
M.B.- Pues otra cosa.
M.J.-Pensaba dejarte un par de entradas para mi parque de atracciones
M.B.-¿Todavía funciona?
M.J.-Sí, papá Jou acciona los botones.
M.B.- Deja, deja. Dale las entradas al Ché.
M.J.-Oh, es una idea fantástica. No conoce el ocio.
M.B.-Pues cántame algo.
M.J.- Para la mayor parte de la gente, una canción no es nada tangible
M.B.- Para mi y para aquellos de los que voy a escribir, es lo único tangible.
M.J.-¿A mí me lo dices?
Se levantó del sofá sonriendo. Cantó el tema Bad, "Yo para ser feliz quiero un camión", de Loquillo, "Over the Rainbow" , "Entre mis recuerdos", de Luz y terminó con un medley de los grandes éxitos de la Hollyday , que enlazaba con la consigna "No,  jo no sòc d´eixe mon" de Raimon.. Lo hizo con banda, escenografía y todo. Absolutamente todo lo requerible para estos casos.
Después se esfumó. Yo me fui a dormir. Al día siguiente me desperté porque alguien llamaba frenéticamente al timbre de la puerta. Al ir a abrir pude ver a los últimos roadies de Jackson bajando las escaleras, transportando cables.
El que llamaba era mi vecino: "¿Es tuyo el trailer que está cubriendo toda la acera de toda la manzana?" "!opero si no tengo carné de conducir?", le respondí. Apoyado en la puerta del ascensor, el vecino murmuró: "Como siempre te visita gente tan rara".
Pegué un portazo y me fui a duchar flipando por un tubo. Como en la infancia.
Al salir a la calle, abrí el buzón y me encontré un sobre que contenía "Dear Pillow" una película dirigida por Vivianne: "De cuando me interesaba el porno y la gente solitaria". La gente solitaria. Como en su infancia.









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