Metedura de pata

                                                                         Dibujo de Francesc Xifré


A ver como voy a resolver esto. Vengo de meter la pata sin mas opción que contarlo en este blog, en la libreta de las dudas o esperar que llegue otro día en el que poder hablar ante quién he metido la pata y sacar a relucir el tema, so pena de quedar como una doble idiota. Quedar como la que he quedado, mas el ego pringoso rechonchón qué feo eres, caray.
Hay cosas que no tienen vuelta atrás porqué si las trajinas mucho se van de madre, del mismo modo que se van de madre en si mismas. Hablo de las divinas pequeñeces del dar y el tomar en las relaciones humanas adultas, de las torpezas que tienen lugar ( al menos en mi caso) al principio de estas relaciones, antes de quedar  inaugurada la confianza absoluta, justo cuando se empieza a trazar el camino con las justas precauciones y el gracias a la vida que te he encontrado. 
Tampoco hablo de amor, porque el tema sería otro. Hablo de amistad. 
Mira que soy críptica con lo transparente que me supongo y me miento. Aguas cristalinas donde no paran de sorprenderme los salmones y las truchas que salen disparadas ayudadas por la fuerza de cañones por banda.
Voy a buscar un símil alimenticio para bien contarlo. Luego, acepto enmiendas. 
Suponed que A invita a B ( esta soy yo, mas que nada porque B rima con Bonet) a una mariscada.  
A la B ( como algunos sabéis y otros no, pero ahí queda dicho) le chiflan las mariscadas, pero en lugar de decir:" OK, A, Viva tu generosidad y vamos p´al restaurante", yo, B, me quedé en stand by, ya fuera por idiota o por no creer merecerlo que es mas de lo mismo y sólo acepté lo subliminal de la invitación de A: "Me falta fósforo. Una noche de esas amanezco en Mercabarna y me compro dos kilos de marisco bien apretaditos, con  los que haré cápsulas para tomar durante un mes." 
Hoy he quedado con B, y hemos concretado algunos asuntos que llevamos entre manos. Se trata de una concreción que se va creando tácitamente. Es genial el juego de este entendimiento y esta relación madura entre adultos, menos la metedura de pata, claro. 
En un momento dado, con un tonillo entusiasta y seguramente obscenillo, le he dicho a A: "Mañana me voy a Mercabarna a comprar mariscos".  "Cuidado que no te los den pasados", ha respondido A. Luego me he ido hacia a casa pensando cuál era el  motivo de mi acción a propulsión. He pensado en la vanidad y en cosas mal entendidas. Como venimos de la huelga,  he extrapolado lo mio a lo social. Lo que está claro es que para dar y recibir uno debe estar bien y el otro también. El pueblo no está bien. El Gobierno está mejor.
Agotada de pensar en mí con un toque megalomano ( la cagas en una burrada y por poco que te mires y te mires acabas incendiándo Roma)  he abierto la puerta de casa y ahí me esperaba mi hija, quién me ha puesto al día de lo ocurrido ayer tarde noche en Plaça Catalunya y adyacentes. Ella es pacifista y no rompe contenedores, pero resulta que la policía aprovechó a los chavales sentado con las manos alzadas para abrirse camino al Banco okupado.  A hostias, claro. Todo es muy frágil y muy fuerte y de todo se aprende. Veremos cómo saldrá mi hija de su júbilo de justicia social. El ejemplo directo no es formidable, pero ella es sanota: Para empezar, no lee este blog.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Nena deja de martirizarte por blog. Joder mi amor, eres la mejo y yo también lo soy en lo mio. Un abrazo de crujir huesos.

Jamiroquai

Anónimo dijo...

Me da envidia tu sonrojo, eso es vida en estado puro. Seguro q llega la ocasión q ries con A al comentar lo q tu ves ahora como metedura de pata

Marijo dijo...

Enriqueta James,
Me pareces tan exótica!
Lo que me gustaría es poderte decir: disfruta del marisco, nena (las catalanas decís nena todo el rato y me encanta) pero no me sale natural.
Love

Anónimo dijo...

El dibujo es de Guillem Cifré, no de Francesc Cifré.