Libertades y otras voces

Estos últimos días, en honor a los aires, los fuegos y todos los elementos de dignísima libertad que nos llegan de Túnez, que nos llegan de Egipto, he hecho un "estiramiento" económico y me he abastecido hasta el techo, de prensa en papel, más allá de la información diaria por donde busco en Internet.
La verdad es que, leído lo leído, -aparte de Le Monde Diplomàtique-, en los periódicos mensuales o quincenales hay mucho refrito.
A pesar de todo, mi natural optimista me ha llevado a no arrepentirme del dispendio, porqué tal abastecimiento de papel me sirve para cambiarle el mantel a la perra y fregar cristales.
Para informarse vale con lo que dicen los cronistas que están en el lugar, lo que viene luego es el análisis. Y a estas alturas de la película ya sabemos qué nombres de qué analistas o articulistas queremos leer y cuáles son los que nos producen urticaria y demás efectos de imposible redacción. Y que no venga nadie a decirme que si no leo lo que dice el contrario no juego el juego democrático (sic) del tener en cuenta otras voces, otros ámbitos, que es el título de una grandiosa obra de Truman Capote.
¿Imagináis tener a un enemigo cómo Truman Capote? Con la viperina que tenía, el escritor fallecido, debía tumbar a los hiper sensibles con sólo chasquearla.
He hecho el intermedio porque me apetecía, ha salido así de "natural" y naturalmente, a estas alturas, me importa y me importaría un pito tener de enemigo a Capote, en el caso que el hombre pudiera ejercer.
¿Qué buscaba al realizar el "estiramiento" económico y surtirme de prensa escrita? Lo digo. Buscaba la confirmación de que hay un buen fin para las revoluciones contra las tiranías todas. Y no sólo eso, buscaba la confirmación de que esta revolución se extienda para acabar con todos los villanos de la tierra.
Buscando una cosa he dado con lo contrario, con éste miedo atávico que los individuos de un par de siglos para acá, sienten a la libertad y, -perdonad la expresión-, "contra el moro".
No me refiero sólo a la Unión Europea y a los EEUU, -si es que hay vida más allá de ellos-, me refiero a tipos que escriben en los periódicos mensuales, a los que mandan cartas al director, al director y al conserje. Me refiero a esta peña de fácil reconocimiento ocular y auditivo, que dicen; "Libertad, si, pero..." Esta peña que, transgiversando los beneficios y el buen nombre de las virtudes cautela y prudencia, vuelven a decir: "Libertad, si, pero."
Entre gastarse la pasta que iba destinada al nuevo disco del Petit de Cal Eril  ( gentes buenas de las editoras, mandádmelo, plis) para buscar ingenuas confirmaciones de libertad pandémica y decir "libertad, si, pero", hay un mundo de enemigos con lenguas, pensamientos y acciones viperinas a la altura del apéndice bucal del gran Capote ( siento haberte metido en este lío, man) que con sus palabras y sus peros van construyendo un muro donde quieren que choque la masa futbolera (por people opio) y la libertad misma.
A estas alturas también debería saberlo; sí, vale, pero no deja de "malenrolllarme" siempre y siento que no está mal recordarlo, mucho más cuando ellos no paran de recordarnos cómo debemos vivir.
Me refiero a esta peña que quizás, otrora, con veinte años, salieron a la calle,- junto a otros que no se han maleado-, y se hacían llamar defensores de las libertades y que hoy, cuando hablan de los chicos veinte añeros que salen a la calle, hablan de anti sistemas. Esto daría para otro post, aunque paso de escribir más obviedades, tales cómo que la libertad nunca va con peros. La libertad va de la mano de los individuos que la requieren y la anhelan. Y la requerimos todos, incluso los del opio y los diezmados por Botín.
Y por supuesto el pueblo árabe que hoy lucha por ella.


















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