Vehemencia versus vehemencia


                                                             Grande, Forges.

Barcelona de los recortes sanitarios, Barcelona y Cataluña apestadas por una derecha que coloca a sus enfermos en los rincones, a vueltas con la buena fe del personal sanitario y de los acompañantes de los enfermos, que hasta toman fregona y sacan vómitos de los pasillos (lo he visto hacer)
La derecha que nos manda, vota sí al referéndum independentista pero dice que no lo hace. O al revés, poco me importa, aunque quizás debería de.
Y por si fuera poco, la derecha que nos manda, dando bandazos entre el sueño de un orden de sociedad inspirado en el yanqui del rifle y la identidad burguesa, sostiene que la mejor forma de posicionarse contra lo que España hace pagar al pueblo catalán (que de eso hay) es poner a su pueblo en posición de desastre para que España rectifique.
Es un plan perverso; si a un catalán, a dos catalanes, o a cien catalanes que tengamos la mala suerte de que nos explote el fémur, el colon o los nervios, la derecha, en lugar de colocarnos en las camas de las planta clausuradas por el recorte sanitario de la sanidad pública, nos colocaran en sacos de dormir a las entradas de los hospitales, mientras que por las plantas clausuradas por el mismo recorte, con superávit de camas, ni tan sólo correrán médicos y enfermeras, enfermeras y enfermeras, médicas y médicos, celadores y tipos de seguridad, para solazarse de una dura jornada a echar un quiqui, más que nada porque, a partir de ahora, no tendrán ni tiempo.
Las camas, el superávit de las mismas, las subastarán en los Encantes. Y muy pronto veremos carteles alentándonos a la bondad: “Si no puede pagar, ponga un enfermo en su casa”. Y recibiremos una postal del Vaticano con un frasco de agua bendita.
Por si fuera poco con la sanidad, aquí llega la Ensenñanza.
El conseller d´Ensenyament ha dicho: •Si usted quiere estudiar filología por placer, lo tendrá que pagar, aquí sólo vamos a subvencionar a los primeros de la clase. “
Hoy día, ¿hay alguien que estudie filología o farmacia por placer? ¿Se puede? Si los hay, son sus hijos y sus señoras. Que paguen, que estudien. El saber les hará libres. (!) 
En la enseñanza, el rasero de selección de alumnos es el de siempre: “Gana la plaza el que saca mejores notas, los individualidades nos importan poco” o dicho de otra forma: “Letra con sangre, entra”. No te atrevas a pensar por tu cuenta, a menos que tu cuenta tenga muy buen saldo.
Nos llaman al orden. Quieren chicos y chicas buenos.
Mientras, la izquierda, se queda atorada. Lo tiene difícil.
El sueño de Papasseït y de tantos otros; el sueño de la divina acracia se convierte en locura de poetas y moscas cojoneras, para las cual, -no nos equivoquemos- ya tienen su propio censo.
Ahora sólo faltar votar CIU a la alcaldía. No olvidemos que el candidato de CiU, médico de profesión y, en su tiempo, delegado de CCOO en no sé qué Hospital de la Sanidad Pública barcelonesa, le ha dado un golpe de amnesia y no se posiciona. Es lo que tiene estar sujeto a un partido. De momento, los más aviesos, me cuentan que otros doctores de la logopedia y el vacío intelectual, le nombran sin parar las siglas CCOO y el tipo no reacciona: “¿Es una marca de cosméticos de esos que usa mi mujer?”, dicen que ha dicho.
Todo cuanto me viene de Catalunya me gusta y lo necesito. Aunque escriba en castellano o escriba en vatusi. Todo, menos la derecha. Todo lo que me viene de la derecha, incluido los caballos que le regalan a Aznar, me hiere. Todo lo que sume indignidad al ser humano, provenga de donde provenga es indignante. Recojamos vómitos de nuestros enfermos y volvamos a las calles para garantizar que sea un profesional bien remunerado quién lo haga. 
El poder, de nuevo, ninguneando al pueblo, altreando nuestra sanidad mental. 
Y un huevo de pascua de colores.
Y Una gallina.
La que dice que no “i visca la revolució”.


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