La mujer que está al llegar


                                                            foto de Viviane Vives

Una mujer vuelve a su ciudad de origen después de más de veinte años durante los cuales ha vivido en otros países. En uno de ellos creó su propia familia al enamorarse de un hombre talentoso y rubio, parir un hijo con los mismos ojos grandes y negros de mirada piruleta y mirada lince de su madre y dar cobijo y cariño a un golden retriever de piel canela con cara de locatis cariñoso.
Una mujer morena vuelve a su ciudad de origen.
Una mujer morena de melena rizada vuelve mañana a Barcelona, a las diez de la mañana, si los vuelos de más de un día de duración han empalmado bien avión tras avión con la impaciencia, los nervios y la introspección de las horas de espera en aeropuertos de paso.
Precisamente en un aeropuerto de paso, -espejo diáfano e inquietante de este tránsito que es la vida-, la mujer se habrá enterado que no llega a tiempo. No para abrazar a su madre, que ha muerto sabiendo que su hija venía corriendo a su encuentro antes del adiós definitivo.
A las diez de la mañana de mañana miércoles, a esta mujer bellísima, que fue más joven que lo que es ahora, la esperará su amiga del alma de cuando entonces. De cuando fueron una y una más sus dos chicos. Ellos tampoco están en este mundo. A uno lo lloraron juntas. Al otro por teléfono.
¿Quién puede impedir que hoy, a partir de estas horas de la noche, la amiga que irá a recibirla, esté efectuando, -como una niña, como una adulta-, todos los ritos de belleza caseros; depilarse las piernas, bañarse con sales y planchar camisas para mejor elegir?
¿Qué tipo de energía se va a crear mañana entre ellas dos, cuando se reconozcan en mitad de la gente, cuando se abracen en un abrazo que nunca ha dejado de ser y se digan; “nena, pero si estás cómo siempre” y suban a la casa, como quién va al futuro, con los mismos, impresionantes culos que tanto les silbaban los chicos al salir de los Enfants, al salir del Boira, al salir del Universal, al salir del Bikini o al entrar en los cuerpos?
Un buen culo es una media luna y las dos lo son ahora en que una de ellas viene a cerrar un círculo. Y lo demás por hacer.



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