Felicidad al punk barcelonés

Morfi Grei y Electroputas

El punk barcelonés (el del Joni Destruye, el Jordi Llansamá de B-Core y del Xavier Mercadè, por hablar de autores, así como el punk de la Silvia de Último Resorte o de Radio Pica, por hablar de amores) nació muchos años después de que naciera el punk barcelonés. Son imprecisiones del tiempo que con el tiempo se van arreglando, muy propias de la ciudad de los prodigios y su contrario.
Personalizando el tema, -que es por donde celebro casi todas las cosas de este mundo-, el punk condal nació un día como hoy, treinta años atrás y en Cornellá.
La fecha coincide con la explosión adolescente de Morfi Grei, el cantante de la BandaTrapera del Rio que también hoy ( y justo por eso) celebra su aniversario.
El punk barcelonés nació en Cornellá tal dia como hoy, aunque no se bautizó,-hereje como ha de ser-, hasta algún dia del año 79 en que se produjo el feliz y primer concierto punk de Barcelona, celebrado, eso si lo recuerdo, en la Aliança del Poble Nou, mucho antes de la movida callejera del punk de Barcelona que se celebra en los libros de los autores expuestos más arriba.
Morfi era por entonces un chaval delgaducho y quebradizo por cuya boca salían todos los demonios de su memoria histórica y su árida realidad. A la que Morfi se acercaba al micro, un invisible e imposible bocadillo de tebeo más cargado que el saco del hombre malo del saco y la lista de los pecados de los guardianes del infierno, se abrazaba a sus cuerdas vocales y el mundo crujía. Era todo muy violento y muy pendenciero, un punk agresivo protagonizado por chavales de menos de veinte años cuya electricidad podía haber alumbrado estadios de fútbol y ciudades enteras. Las fuerzas no se racionaban y si el punk barcelonés, -hoy y para este post-, es Morfi, he ahí una muestra botón, una muestra cañón.
Hoy puedo decir, sin que me duela el orgullo adolescente, que a mi, el tio me daba miedo. Un respeto inducido por miradas fieras como soledades (escribía en el Popu y no me lo perdonaban) que no cesó hasta que nos hicimos amiguetes en el Canet.
De no haber sido porque entonces me acompañaba el Rocky, un bello loco que vino zumbando de Madrid y formaba parte del grupo del Carpio, el famoso delicuente juvenil con el que se dejó fotografiar para la portada del Star poniendo precio a su cabeza y foto a sus delitos; no me habría acercado a ninguno de los conciertos traperos, tan heavy era el punk antes del punk, tan politicamente incorrecto y neardental.
Hace menos de quince días coincidí con el punk barcelonés, con Grei, en el CCCB, en la presentación de “Nazario íntimo”, un libro maravilloso del último premio Bellas Artes. Morfi hablaba con dos tipos de muy buen ver a los que me presentó diciendo: ¿A qué no sabes de qué conozco a estos dos? Le respondí que no y me largó corriendo: “De yonquies.” Me eché a reir. Una comedia es una tragedia por la que pasan los años, me dijo un dia Júlia Reiffs, una jefa de la escena teatral. También me dijo que la frase correspondía a Woody Allen.
Los dos tipos amenizaron el asertivo encuentro contándome lo buen terapeuta que había sido Morfi, porque si bien el punk barcelonés se quebró por culpa de la jodida heroína después de la eclosión punk y justo cuando nacía el punk de Barcelona, hay que decir que el punk barcelonés de Cornellá, -suponiendo que el punk sea Morfi, que lo es-, no sucumbió a la muerte, si no que se curó de vida y encima se convirtió en cura, mimo y alegría de otros tantos enfermos que llegaron luego.
Sólo por eso el Morfi se merecería la Creu de Sant Jordi, cien mil avesmarías, un condado y mil ducados al mes.
Es de esta guisa y porque cada vez que encuentro con él me hace reir como muy pocos, que hoy he entrado en el blog a escribir de corrido una entrada en casa Google, no fuera que se me fuera a pasar felicitar a don Miguel Angel, un orgulloso padre de familia que sigue haciendo canciones con Electroputas o sin ellas, convencido que la fuerza está en la calle, en la camaradería y en pegar botes aunque le hayan operado de una pierna, mientras se fotografia con la lengua fuera requerido por los punks del punk barcelonés que no habían nacido o estaban en ello cuando él ya lideraba una tarima en el que se explayaba abanderando un movimiento que no trascendió como tal hasta él se apartó para infundirse nueva vida. Y que cumpla cientos más.

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