Feliz Navidad


Encima del belén de casa he escrito: “Navidad y Reyes Magos todo el año”. Hace unos años, la frasecita hubiera ido bien para espolear la actitud vital por encima del gesto navideño, pero este año, lo miro, lo miro y siento que tendría que quitarlo. La realidad de afuera nos invita a cambiar los sueños de adentro. Es difícil vivir en navidad y magia todo el año si no hay trabajo y van desahuciando de sus casas a tantísimas personas, dos veces victimas de sus propios verdugos, y esto por solo citar lo que alcanza la vista en el paisaje. A la gente que se encuentra caminando sobre el filo de una navaja que los estados pretenden seguir afilando, antes que desearles feliz la navidad, habría que poder desearles los buenos días y que estos se cumplieran, más o menos, como en la vida misma, pero más que menos y no tanto Van de Rohe extra arquitectura.
En un año como hoy, la esencia de los cuentos de Dickens se van a agrandar por tres, si es que la desgracia se puede medir. Mientras tanto, una navidad con conciencia, que es el principio fundamental que postulan los que celebran las navidades inconscientes de todo el año,- solo que en navidad, pueden poner un pobre a su mesa, no fuera qué-, se hace más necesaria que nunca.
No venía a hablar de los demás, o no de los demás que están de más en un mundo donde se puede elegir las personas con quienes te codeas y poca cosa más, por muy demócrata que pretenda ser, al menos, la vieja Europa en la que vivo.
Venía a hablar de la navidad y de si es posible la actitud, el empecinamiento y la implicación de tratar de hacer de todo el año navidad y reyes magos. Y si un poco más arriba he dicho que no, ahora siento que sí, que si bien la realidad es una y hiere y se extiende como una jodida enredadera, los sueños, que entran en el terreno de los pálpitos utópicos y por tanto son posibles en efímeras lumbres como chispas de cerilla, no nos los tiene que arrebatar ni el mismísimo Morfeo, en cuyos brazos dormimos las pesadillas y las buenaventuras de la noche.
¿Quién sostiene a quién, la realidad al ser o el ser a la realidad? Esta pregunta la leí en María Zambrano hace muchos años y quise escribir mi propia respuesta. Dije una memez muy divertida. Lo sé porque guardo el cuaderno, era para darme un par de tortas, de cuando eres muy procaz y muy joven y buscas la frase efecto. Era de cuando sientes que la ternura deja de ser cursi si no la encelofanas de tacos. No sé si os ha pasado a vosotros. Mucho rock and roll.
Hoy, ante esta navidad que se avecina y el año venidero, el ser es el que ha de sustentar a la realidad, con los juegos malabares de cada día y espoleando la actitud de navidad y reyes magos todo el año, dejando de lado el mero gesto navideño al que nos condena al musgo y al acebo, al puente y a los peces que beben en el rio, cuando lo que viene en gana es hacerle cosquillas en los pies al niño Jesús y montar una fiesta en la ladera de la montaña con el caganer, el monigote atemporal que sostiene realidad y ser, si es que el incontinente era, como creo, un iluso que creía en el nacimiento de un dios, un iluso que hizo de su vida un ir subiendo a las montañas por donde brillan las estrellas más lustrosas, para quedar momificado de por vida en una realidad del gran alivio.
Dado que si sigo escribiendo, a partir del momento que he creado, entraría en el gran mundo de la especulación y el delirio fantasioso, paro, lo dejo y me voy al archivo donde estoy escribiendo otras cosas en las que de alguna forma pretendo momificarme, no sin antes desearos a todos; amigos y desconocidas, desconocidos y amigas, una feliz navidad de todo corazón.

1 comentario:

emmanuelem dijo...

Let me introduce myself...
Me presentaré:
Soy Manuel del Carmelo, el pintor en apuros de quien habla esta entrada al blog de Magda Bonet.
Dejo aquí un enlace a mi galería de flickr.com por si alguien tiene interés de fisgonear entre mis obras:
http:www.flickr.com/photos/emmanuelemmore
Gracias por acordarte de mi, Magda, y por este detalle.