Días de perros y rock and roll


Cada vez que cojo el metro y pago los dos euros correspondientes para acceder a las mazmorras de la ciudad, se me queda cara de idiota. Luego cuelgan en el face que si el Ayuntamiento de Barcelona ha garantizado una partida presupuestaria astronómica para dietas y me viene a la memoria el puesto de trabajo que tiene la hermana de la Letizia como Relaciones Internacionales de la ciudad y la cara de idiota se me idiotiza aún más. El ánimo cicatero y amargo es de lo peor del mundo. Tiene la función del silicio y procura el goce en el dolor aunque cada dia estoy más convencida que quienes lo practican por decisión personal y cicuta espontánea, viven más.
En un ambiente rayano al echarse a llorar en hombros del vecino, del primero que pase, sólo se oyen consignas y sentencias. La adormidera y el letargo son profundos. ¿Fue el quince eme una explosión primaveral para que nuestros chavales pudieran mantener y ampliar relaciones bajo el sol? No, claro, hubo más. Los hay que siguen trabajando, pero también he asistido a un par de llamadas de concentración por parte de los del quince eme, con el frio a tope, y éramos cinco y el gato.
El contenido de la fumata, el pavor, es de una gran calidad. Luego está la música. Estoy haciendo un intensivo de música catalana cantada en el idioma que convenga para ponerme al día y oye, hay grupos buenos, bandas muy bien producidas, letras de canciones enjundiosas de gran contenido poético, pero al pop, al rock actual; -dejando a un lado el hip-hop, el punk y algún que otro cantautor-, lo social le importa un pito, un pimiento. Estos neo chavales de la guitarra enchufada se las pasan canutas elaborando unos textos crípticos que tal vez hablan de lo que pasa en la calle pero al tener mil lecturas también son aplicables al maltrecho estado del lagrimal de las jirafas, de modo que no confortan de aquella manera del envoltorio todo.
Los hay que se mojan más y no van más allá del amor y del Montseny, salvo los Surfing Circles que son de la montaña y los Plouen que tienen actitud y punzada. Todo lo demás (generalizo porque no he terminado el trabajo) solo se enfadan si su chica les deja por otro. Creo que el máster lo debería hacer sobre esta gente joven que ha crecido sabiendo que entre los poderosos, el no corrupto es la excepción y entre las noticias la única que está escrita de cara y no responde a ningún otro interés que el de informar, es la esquela.
Me dan pena. Los muchachos y las esquelas. Me dan pena pero también tienen su parte en todo esto y habrían de avivarse si o si. Apoderarse del rock, por ejemplo, y rebajarlo tanto en pos de unas producciones lustrosas para no reflejar lo que ocurre en la calle, me parece, cuando menos, indecoroso. Claro que si no dicen nada será que a ellos, en la calle, no les ocurre nada. O que han nacido con cara de idiotas. Yo misma tengo una hija de la generación a la que me refiero. No hace rock, pero algo tengo que ver en la idiotez de la juventud actual que hoy subrayo. Aunque, al menos, ellos, se cuelan en el metro y el que es excepción, o es rematadamente imbécil o un rock and roll star con posibles.

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