Está al caer la libertad




Qué bonito volver a tener niños, -escuelas enteras de hijos de pobres o de hijos de míseros incautos del uso de lo público, medio pobres, medio bobos-, que al entrar en clase, después de la hora del patio, vengan a rezar a voz en grito el avemariapurisima.
Y qué bonito tener un montón de niños árabes, judíos, o de otras religiones por vía materna y paterna,  orar lo mismo que lo de todos, porque la fe es libre, pero los colegios públicos, hoy por hoy, son de ultra derecha.
Qué pedazo de integración, qué palanca, qué puente y qué ingeniería de alta precisión.
 ¿Se anularán las fiestas de moros y cristianos y conviviremos todos en paz, a latigazo limpio contra uno mismo por las cuestas de las calles empinadas en Semana Santa o cuando sea que hayas pecado, pedazo de cabrón?
No, las tradiciones, no hay que tocarlas, siempre que sean tan altas como la megalomanía  de Rouco Varela. Y siempre que sean tan bajas como las de Roucco Sigfredi, las tradiciones, los animales que llevamos dentro, los polvos, serán aconsejados,  domados, jerarquizados
 Un montón de damas pías, arpías, darán leche a la salida de las escuelas a los niños sin pan pero con una fe de echarse a volar en cualquier momento.  Ay! tetas resecas que no ha tocado ni dios, se vuelven fuente y cántaro al vaciar el contenido de una partida de botellas con el líquido manjar a punto de caducar.
Qué alta la santidad y qué alta la luna.
Qué bellos los mártires, malandrines que en su infancia hurtan plátanos en la tienda del paki, un día serán libres y policías, presidentes hechos a sí mismos,  gracias a una educación sin par.
Como el catalán estará prohibido a menos que al final de cada frase digas por la gracia de Pujol y alguna otra cosa más (si, más) estoy preparando una biografía sobre Marta Ferrusola (¿Quién es la Ferrusola de Aznar? me preguntó un día mi hija, y hoy día creo, como ella entonces, que Ferrusola es un título y no un mero apellido) para la colección Santas de Ayer Hoy y Siempre que llevará una aclaración bajo el título y será:  No siempre, la fuerza de la voluntad y el empuje de la fe consiguen que se reconozca en la tierra lo que será un festín en el reino de los cielos) y voy a contar los inconvenientes de tener varices para viajar a Andorra (Jordi ¿Andorra no es también nuestra?) y echarse a los brazos de los herejes ausentes de un parlamento de acojonados con una mano delante y otra detrás, así como los esfuerzos de una madre siempre atenta a las necesidades de sus hijos, visitando los desgüaces de coches por la noche para poder armarles, para Reyes, una colección de a correr todos cuál demonios.
Desde que la tierra vuelve a ser plana, cosa que siempre había temido, porque solo cuenta lo que ves y lo demás es fantasía (ese mal a extirpar) a todas las niñas nacidas en Ezphaña, las bauticen como las bauticen, el Registro Civil les añadirá el aconsejable Inquisición (llámame Insqui) y a los que nazcan varones un conveniente Mariano que podrá acortarse según las necesidades de cada cual (llámame Mari o llámame Ano)  
Por si fuera poco, durante el día de ayer, en que se dio a conocer este nuevo mundo que he relatado muy someramente, ya en la noche, y sin ningún libro molón que me llamara a capítulo ( venga editoriales, mandad a los blogs ¿O no queréis publicidad de lo vuestro?) pillé el Vanity Fair del mes y leí unas declaraciones de Pablo Iglesias en las que decía que ahora mismo, Bergoglio y él están en la misma barricada, lo cual no es malo en sí mismo, porque respeto la espiritualidad de cada quién, pero tuve que dormirme contando ovejitas que decían Je suis Charlie. Debían ser gabachas, de aquél país de donde, cuando éramos niños, decían que entraba la libertad. ¿Qué cara tiene?


1 comentario:

Mr. Hyde dijo...

Me ha sorprendido la peculiar e insólita manera que tienes para describir la realidad, muy poético todo (eso, cuando he logrado entender lo que decías).

Te felicito por ello y te sigo. ¡Saludos!