París nos mata




Eagles of Death Metal estaban programados en el Apolo de Barcelona el día ocho de Agosto. Ayer actuaron en Bataclán o estaban a punto de hacerlo, no lo sé bien, en la sala de fiestas que vio coincidir en suelo europeo a la Velvet de Reed, Cale y Nico. Luego, ella se quedó en París, en una casa que estaba unos metros mas abajo y los otros volvieron a New York. Lou Reed y Nico ya se tenían inquina de la fuerte pero hubiese bastado un gesto por parte de uno de los dos y aquella guerra de hostilidad que vestían de indiferencia habría terminado, al menos Cale lo tenía claro, pero la paz no era su objetivo, ni en sus vidas, ni en su relación.Todo esto lo debió saber en su día Tony Blair que se declaró fan de Velvet Underground, aunque hay tipos a los que nadie imagina escuchando, comiendo del mismo alimento que a una le puso el estómago y el corazón a tono. Blair no forma parte de la historia del rock and roll pero ha decidido (¿hay que decir tangencialmente? ) la suerte de algunos de sus seguidores, no sólo de los fallecidos en Bataclán. Por eso su nombre pasará a la pútrida historia que se escribe, hoy, en francés, y en todas las lenguas de los hombres, a cada minuto que pasa. La entelequia de la Unión Europea se hace carne cuando manda a sus “rebeldes” a espolear Siria y las tropas de algunos de los países aliados a Afganistán. Dice Aznar que ahora va a ir él, no estaría mal, la verdad. Y que se pusiera a pecho descubierto ante el tanque enemigo, mientras los Emiratos Árabes y Qatar siguen  metiendo  goles con los brazos no armados de los nacionalismos de aquí, los del puto fútbol reglado ( Piten las camisetas, coño!, piten la a UEFA!) y así, los del poder de todos los lados se lo pasan pipa viendo a sus bufones correr. Luego se reúnen para ponerse a conjugar el verbo siniestro que sale de decir muchas veces Estado Islámico, la misma abstracción objetiva ( redundancia, sí) que hace que miles de personas lleguen a la vieja Europa porque en su casa se lo hacen pasar mal, tanto el Estado Islámico como los Estados, pero como los que están mejor organizados son buenos como el pan químico, les dan salas calientes cuando llegan, diezmados, a sus casas.  ¿No os dais cuenta que corriendo para que la muerte no os alcance llegáis donde la muerte también se diseña? Les importa un pito, faltaría mas, solo quieren comer y poder currar, como tu y como yo.  Estaban más cerca de construir una buena base para la democracia Nico y Lou Reed en odio supino, que todos estos dirigentes del mundo mundial. Hoy, Merkel irá a misa a pedir un buen descanso para las víctimas. Ella sabe bien quién puso en marcha el cinturón de explosivos. No es que conozca a los kamikazes, pero conoce con qué medios podrían haber dejado de estar ahí; aunque la cosa sea compleja, lo sabe, lo “colabora”. Del mismo modo que Lou Reed dio una buena pasta para que Nico fuera enterrada en Colonia junto a su madre. Ari, el hijo de ella, se quedó sorprendido. Ni siquiera se lo notifiqué, decía.También me ha ingresado para bien vivir un tiempo. En Bataclán se rompió todo entre ellos. Habían sido hermanos, habían sido amantes, habían sido amigos, habían sido y ya no eran, pero hubo un último gesto de gallardía. Tu con tu madre, bonita, deja de joder. Siempre me dijiste que lo querías así. No será por dinero. Y ayer, a los chavales muertos por ver a Eagles of the Death Metal un viernes por la noche, después del curro o las semanas al sol, también se les terminó todo, pero todo. Una pareja que se había conocido en la manifestación por la guerra de Irak decía estar ya harta. Querían ser uno y otro. Eran demasiados años juntos y siempre lo mismo, la rutina del amor y la rutina del odio. No sólo no habían avanzado ellos si no que no lo habían hecho los países que estaban metidos en la cosa. Los referentes jerárquicos pueden acabar con todo, son pura mierda. Los chicos no murieron abrazados, eso no sólo sería cursi si no engañoso. Desde aquella manifestación todo había ido a peor. Obama se fue pareciendo cada vez mas a  un agente de la CIA que un presidente. Blair pidió perdón por lo de entonces. Dijo que no lo tenía claro. Aznar lo sigue teniendo cristalino. Y la gente, en la calle, pide la cabeza de todos los musulmanes. Eso es como si pidiésemos la cabeza de toda la peña del rock en los setenta solo porque Reed y Nico se levantaron a bofetada limpia.  La ignorancia es osada y también mata, pero quién hiende la navaja afilada  y achicharra los corazones es el odio en el que crecen unidos una cosa y otra. Que siga sonando la música, que nadie se aproveche del dolor ajeno. Siempre lo mismo, una letanía que no tiene que ver con la religión. Un inmensa tristeza y la impotencia de que siempre pierdan, perdamos,  los mismos. También los que ayer fueron asesinados en Siria, Irak o Afganistán por las mismas razones que los asesinados esta madrugada en París, cerca del rock o lejos de él. Viva París y esas lágrimas que nos harán mas fuertes, mas conscientes. Ojalá.

1 comentario:

sveriton dijo...

Sublime, duro, pero esperanzador, gracias Magda!!