Los periódicos cuentan
que Bruselas debe permanecer en silencio mientras la policia trata de acabar
con un cerebro. No hablan de un tipo, si no de un cerebro, lo cuál es
doblemente perturbador. Cerebro, silencio y miedo. Tomo un cuchillo, parto en
dos un par de naranjas y, después, el
mundo me habla a través de la red que no es sólo población, sino también
prisión y vacío. Los del continente buscan a un cerebro y yo todavía con el
susto de haberte visto el otro día en la calle, uno de aquellos en que cayó el
mal olor sobre Barcelona y parecía una metàfora de algo, aunque a todo se le
puede sacar la punta, al mal olor, a la bajada de las temperaturas y hasta a
haberte visto por la calle precisamente entonces y que me siga persiguiendo una sensación contrapuesta,
dos sensaciones antagónicas. Con lo que te he llegado a evitar y no llegué a
prever que un día, plas, te vería sin esperarlo. Ni que fuera tan importante, pero ya ves.
Barcelona es así, mas chica que grande. Hablaba por el móvil y no di por
terminada la conversación, solo hice un amago de coreografía de canción del
verano ( dos pasitos pálante y un pasito patrás) y acabé sentada en un bar con un cortado enfrente esperando a un
amigo que me interrogó cuando se lo comenté a la manera movida madrileña (¿A
quién le importa?) añadiéndole la gotita oportuna de psicoanálisis en la
formulación del enunciado de la canción ¿Por qué carajo aún te importa? Le
respondí lo mismo que hoy me ha respondido el mundo al abrirlo a través de la
señal que lleva el diablo, pero sin el deseo de venganza a lo fraternité del
poder francés. Cuestiones inconclusas por falta de trepanación cerebral. El
amigo dio en el clavo. El cerebro eres tu. No había mas que buscar. Luego llegó
la noche. Y mira, ahora de vuelta con ello. Llevabas un patín de colores y
burlaste una esquina, maldito fardo de carne , bendita risa. Quién esté libre
de contradicciones que tire la primera piedra pero apunte a otro lado. Escribir
sirve para olvidar. Le pones nombre a las cosas y al rato dejan de tener peso,
por eso animo a la gente a tener un blog personal, para decir cuánto se le
antoje y a hacerlo poniendo en marcha la magia de la fabulación en si por
encima del significado. Tanto significado en la red en la que todos somos politólogos,
analistas sociales, musicólogos, histriónicos, cobardes o muy valientes,
acabará por hundirla, así que hoy no he venido a fabular si no a contar cosas del
apartado íntimo personal. Busco un cerebro y niego un cerebro. Europa lo tiene
mas claro , la Europa de Hollande, que Europa somos todos y ni tan cretinos ni
viva el capital como el bailarín ¿Verdad que el actual liberté tiene un aire a
Iceta?
Lunes mediodía y
la casa sin barrer. La semana viene con ganas de echarse al galope y con mucho por hacer, pero yo te ví y no eras
ni David Bowie a los treinta, si no tu, el cerebro que dejé de buscar, porque
lo de más , lo que importa, está en el alma, y eso es lo que debería perseguir
Hollande, a ver si es tan chulo como parece. Perseguir lo intangible que tantas
veces es más evidente y pragmático que la masa encefàlica. Y para eso no hace
falta poner una ciudad en barbecho ni darse a la fabulación, si no atacar el
verdadero significado, que es lo que yo no voy a hacer contigo, porque de tu
alma guardo gratos recuerdos, animal malherido y tan generoso. Idiota.
1 comentario:
de qui parles??????
peppop
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